Formar niños autónomos

22 de Julio de 2018
Pilar Caicedo Aspiazu

Controlar y asesorar cada pequeña acción de los pequeños puede convertirse en una tarea sin fin para los padres, a menos que aprendan a dar independencia gradualmente.

Aunque los niños tomen más tiempo en realizar ciertas tareas.

En una reunión con mi equipo de maestras, hubo un comentario que me llamó mucha la atención. Estábamos conversando sobre lo importante que es permitir a los niños jugar solos en el parque, y una de las docentes, que no es ecuatoriana, nos preguntaba por qué aquí los adultos siempre los están ayudando.

Es algo que no habíamos pensado antes, pero que tiene mucha lógica. Por qué ayudamos a los niños a subir a la resbaladera o trepar al pasamanos, si el hecho de que no pueden hacerlo solos nos indica que tal vez no es un juego para el cual estén listos.

Esta es una situación que presenciamos frecuentemente, por ejemplo, vemos al adulto dando de comer al niño “porque si lo dejo solo se ensucia”. Y esto se repite cotidianamente, al vestirse, bañarse, arreglar su cuarto, los ejemplos son innumerables.

¿Hasta cuándo monitorear?

Luego pensé en los grupos de WhatsApp. Sí, esos grupos de los que todos nos quejamos. En ellos nunca va a faltar la bienintencionada y preocupada madre que pregunta constantemente cuáles son los deberes para el día siguiente, o el horario de los exámenes sumativos.

Y en ese caso la pregunta es, ¿hasta cuándo continuará resolviendo y vigilando lo que hace o debe hacer su hijo? ¿Hasta que cumpla 18? ¿Hasta que se case? ¿O para siempre?

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Está claro que queremos lo mejor para nuestros hijos. Y probablemente pensamos que esta es la forma de cuidarlos y protegerlos, pero nos lleva al efecto contrario. Les estamos enviando el mensaje de que no tenemos confianza en sus capacidades. El resultado son chicos inseguros, dependientes, irresponsables y con poca iniciativa.

Por otro lado, el educar a los niños en independencia y autonomía les evitará algunas dificultades en su vida, y los preparará para ser adultos exitosos. Tengamos en cuenta que hay cosas que no podremos ser capaces de hacer por nuestros hijos, y para lograr su desarrollo necesitan tener las herramientas para hacerlo solos.

Delegue y relájese

A continuación, algunos tips de cómo podemos trabajar la autonomía desde pequeños (y no tan pequeños):

1. Delegar pequeñas responsabilidades, de acuerdo con la edad del niño. Llevar el plato a la cocina, recoger los juguetes, guardar la ropa limpia en el cajón.

2. Permitir ensuciarse es parte del aprendizaje. Para aprender a hacer algo bien, tendrá que hacerlo algunas veces mal. Aunque se demore, aunque sea más trabajo. De esta forma estamos demostrando confianza en que lo va a lograr.

3. Seamos el ejemplo. A los niños les encanta escuchar historias de cuando nosotros éramos pequeños. Y las historias de cómo nos equivocamos y aprendimos a hacer algo no son la excepción.

4. Hagan un horario de las responsabilidades de todo el día: rutinas de aseo y comida, tareas, actividades recreativas, momentos de descanso y sueño.

Colóquelo en un lugar visible y haga que el niño lo revise todos los días. Al principio pueden hacerlo juntos, luego lo podrá revisar solo.

5. Recuerde que lo importante es dar el primer paso. Y que los logros llegarán poco a poco. Los cambios no se dan de la noche a la mañana, con paciencia y perseverancia irán apareciendo.

* Directora de Kindergarten Colegio Alemán Humboldt

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