Evite hijos resentidos

31 de Agosto de 2014
Sheyla Mosquera

El resentimiento aparece cuando los vástagos sienten que no son importantes para sus padres.

“Tú quieres más a mi ñaña que a mí”, “por mi hermano no pude estudiar, todo se lo diste a él”, “como padre jamás te has preocupado por mí” o “mamá, por qué revelas mis intimidades”. Estas son unas cuantas expresiones de hijos resentidos.

Si bien sufrir resentimiento es interpretado como un sentimiento herido que toda persona puede experimentar en algún momento de su vida, en algunos hijos pasa rápido, pero en otros puede durar largo tiempo.

Un ejemplo internacional fue el sucedido entre las actrices estadounidenses Jennifer Aniston y Nancy Dow, su madre. Ambas estuvieron una década distanciadas debido a que Dow era muy dominante y había publicado un libro en el que contaba sobre la difícil relación que mantenían las dos, e incluso una de las cosas que más le dolieron a Jennifer fue cuando descubrió que su hermano Johnny solo era un hermanastro (hijo del primer matrimonio de su madre).

Según la psicóloga clínica Teresa Baquerizo, los hijos que están resentidos con los padres es porque esperan algo de sus progenitores y no lo obtienen. Son demandas o necesidades variadas que van desde el reconocimiento –validación–, amor, hasta objetos materiales.

El resentimiento aparece, agrega, desde que los vástagos no se sienten importantes para sus padres y se dan cuenta de que no son lo prioritario. Nace desde esa necesidad de amor no correspondida de manera adecuada y cuando las reglas disciplinarias no van dirigidas al crecimiento y desarrollo armonioso de los hijos, sino a satisfacer las necesidades de los padres.

“Si las relaciones afectivas familiares no son las adecuadas, el hijo crece aprendiendo ese estilo y lo convertirá en un patrón que lo transmitirá en todos los actos de su vida, en el estilo de relacionarse con los amigos, la pareja o los hijos”, afirma.

¿Qué resiente más a los hijos? Coméntenos

Detonante

En el texto Resentimiento y perdón, de Francisco Ugarte Concuera, se menciona que el resentido no solo siente la ofensa que le infligieron, sino que la conserva unida a un sentimiento de rencor y hostilidad hacia las personas causantes del daño, lo que lo impulsa a la revancha. Incluso, la detonación del resentimiento puede venir años después de los hechos que lo hicieron germinar.

También, dice Enrique Pérez García, director del Instituto Matrimonio y Familia (IMF), los hijos se resienten cuando los padres les exigen –que es algo bueno y necesario– de mala manera, sin aplicar la cordialidad, el cariño o la claridad, sino que actúan descargando su ira. El error más común que se evidencia es creer que como padres son solo proveedores del hogar y no dedican tiempo a cada uno de los hijos. “Cuando pasa el tiempo, lo que más les hace falta es tener ese vínculo de amistad y confianza entre ambos que se lo construye día a día”.

Asimismo, cuando los padres saben que sus hijos están resentidos con ellos, agrega Sánchez, pueden sentir indiferencia, fastidio, rechazo o preocupación hacia estos, que se expresa por medio del comportamiento y la relación que como progenitores intentan construir con sus vástagos.

Sin embargo, son los propios progenitores, explica Pérez, quienes pueden ayudar a los hijos a dejar tales resentimientos. ¿Cómo? Dándoles tiempo sin dejar de ser padres y gobernar el hogar, ganarse la amistad con los hijos, compartiendo intereses, teniendo proyectos comunes y darles mucho amor , exigencia y comprensión, y sobre todo una gran alegría al ver que su mamá y papá se quieren.

“Si los padres supieron resolver los problemas y dejaron los resentimientos, los hijos al madurar harán lo mismo. Pero si las dificultades continúan este sentimiento será más profundo y durará años”.

  Deja tu comentario