Aceptar la vejez

02 de Diciembre de 2012

Hay individuos que aunque los años dorados les llegan, siempre mantienen el espíritu joven. Todo depende de su autoestima.

Envejecer es un fenómeno natural que llega a todas las personas del planeta. La diferencia es que nadie envejece igual, ya que este proceso es individual y privativo de cada uno.

Sin embargo, en nuestro medio muchas personas han aprendido desde pequeños que hay que evitar verse viejo, que la pareja puede cambiarlo por otra persona más joven y que el aspecto físico es más importante que el amor o los valores.

Según la doctora Beatriz Gómez Sarmiento, especialista en psicología clínica y terapeuta familiar y de pareja, esa forma de pensar proviene de los ejemplos que se han vivido en la familia, cuando mamá o papá pasaban de manera exagerada en el gimnasio para mantenerse jóvenes. Incluso fueron testigos de cómo alguno de ellos se sometió a alguna cirugía plástica para evitar que le afecte el paso de los años.

Otra razón de preocupación es que generalmente en algunos trabajos despiden o no aceptan a los adultos mayores, aduciendo que los jóvenes tienen nuevos conocimientos.

En realidad, aceptar o negar la vejez depende del nivel de autoestima, dice Gómez, es decir de la valoración que tenga cada ser humano de sí mismo. “Si este sabe cuánto vale, que es admirado, respetado, querido, que está en paz consigo mismo y que se preocupa por ser mejor persona, es alguien que no le importa que la vejez le llegue, sobre todo, porque con sabiduría ha aprendido a aceptar la realidad”.

Este tipo de personas, agrega, son las que a pesar de envejecer físicamente tienen un espíritu joven, se sienten jóvenes a pesar de estar en sus años dorados, pues siguen viviendo, disfrutando de todo lo que tienen, y aceptan que pudieron haber hecho más, pero no lo hicieron, y comprenden que lamentarse no les sirve de nada.

Entusiasmo o achaques

Para el geriatra Aldo Guevara D’Aniello, las personas que aceptan la vejez como un proceso natural son gente que se acopla al medio con gran entusiasmo y equilibrio, sobre todo, viven lo que tienen por delante. No son amargadas, sino, al contrario, siempre encuentran alguna lección que extraer a los acontecimientos de la vida cotidiana.

Generalmente, agrega, realizan una actividad aunque no sea remunerada con la que contribuyen al desarrollo de su colectividad. Incluso están actualizadas en tiempo y espacio, es decir, saben en qué día están y conocen acerca de las noticias, fechas o celebraciones, pues siempre están activos, con proyectos que jamás terminan.

“Son individuos que tienen claro que saber vivir es un arte que muy pocos reconocen que obliga a un constante entrenamiento. Y quienes asimilaron bien las etapas de la vida como niñez, adolescencia y vida adulta son las que sacan el mayor provecho a la tercera edad, porque en ella también hay detalles propios que disfrutar”, asegura.

También, dice Guevara, son personas que se trazan metas tanto para la jubilación y el tiempo libre como para morir o despojarse de aquello que es inservible y que se va acumulando a través de las décadas. Incluso, no les importa que les digan viejos, y adicional a ello hacen ejercicio físico, porque entendieron que es necesario y saludable.

Sin embargo, quienes no aceptan la vejez reniegan y la equiparan con la enfermedad. “Nunca entendieron que los “achaques” son gajes del oficio, que hay que ser un poco patojo, un poco cegato, un poco sordo”, asegura Guevara.

Foro

¿Cuál es el mejor método que existe para aceptar la vejez? Participe

Además, no buscan mejorar su entorno, adquieren hábitos insanos en cuanto a comida y aseo personal, se autoaíslan, se desorientan y desperdician oportunidades. Y hacen causa común con los similares para lamentarse por un pasado aparentemente mejor.

Hombres vs. mujeres

Según la psicóloga clínica Cecilia Chávez de Larrea, se cree que el envejecimiento afecta más a la mujer, pero no es cierto. Así como ella tiene su crisis en el climaterio, el varón pasa por la andropausia y, sexualmente, es mayormente desfavorable para este.

“Las mujeres deben saber envejecer con gracia y usando sus atractivos, pero no solo los externos, y sin descuidar su presentación personal. Quien no tiene seguridad de todos sus encantos y siempre valoró su belleza externa, va a pasar por dificultades aceptando el paso del tiempo. Hay las que se visten ridículas, lo que las hace ver aún mayores”.

En realidad, dice Guevara, lo que tiene que hacer el individuo es diferir aquellos signos propios del envejecimiento para alcanzar una tercera edad activa y productiva. Por eso, es necesario conocer cómo es la vejez normal y la patológica, hacer su diferencia y buscar las soluciones que la sociedad brinda a los añosos.

“Lo principal es mirar la vejez del vecino, en otras palabras cómo se deterioran los demás para no caer en lo mismo. El mejor espejo son nuestros padres, abuelos o tíos, que generalmente marcan la tendencia familiar en ese campo”, concluye. (S.M.de.C)

 

Vejez feliz

Aldo Guevara y Cecilia Chávez de Larrea sugieren:

• Inscribirse en un taller de desarrollo personal.

• Formar parte de grupos que realicen gimnasia, danza, coro, oración...

• Someterse a chequeo médico una vez al año.

• Seguir una alimentación saludable para prevenir enfermedades que restrinjan la calidad de vida. Es ideal tener, adicionalmente, un buen seguro médico.

• Mejore la comunicación en familia y refuerce los lazos afectivos. Esto evita la triste situación de soledad que llega a darse en muchos ancianos.

• Mantener contacto con amistades de su edad es bueno, para que se reúnan y recuerden asuntos de su época.

• Lo peor que puede hacer es pensar que se está al final de la vida y dejar de hacer cosas. Hay que seguir aprendiendo, seguir leyendo, seguir viajando, seguir viviendo y seguir disfrutando.

• Compre tours para personas mayores, seguros y divertidos, para tener más amistades.

 

  Deja tu comentario