A enfrentar los problemas

25 de Noviembre de 2012

La prevención es la nueva técnica terapéutica para evitar los conflictos, pero si son inevitables hay formas para salir de ellos.

Amado Nervo (1870-1919), poeta, novelista y ensayista mexicano, dijo una vez: “Busca dentro de ti la solución de todos los problemas, hasta aquellos que creas más exteriores y materiales”. Y Albert Einstein (1879-1955), científico alemán nacionalizado estadounidense, también expresó: “No podemos resolver problemas pensando de la misma manera que cuando los creamos”.

Si bien existen, dice la psicóloga clínica Romy Albuja, un sinnúmero de conflictos en las personas, asimismo cada día aparecen nuevas técnicas terapéuticas que ayudan al paciente a resolverlos y cada método depende exclusivamente de la situación que adolece.

Sin embargo, agrega, en la actualidad la técnica que más se está empleando en nuestro medio para combatir las dificultades es mediante la prevención, más que en la cura. Por ejemplo, para evitar a futuro un conflicto que afecte una relación, a nivel de parejas, el mensaje que se le da es que apenas sientan que está empezando alguno busquen asesoría con un terapeuta para que ayude a evitarlo.

Asimismo, dice Albuja, por el sinnúmero de adolescentes embarazadas que existen en Ecuador, ahora se les está haciendo incapié, mediante el Ministerio de Educación, en la importancia de recibir conocimiento para prevenir un embarazo no deseado. “La prevención tiene muchas técnicas que puede ser informar, capacitar y crear talleres a padres e hijos”, asegura.

Enfrentarse, siempre enfrentarse, es el modo de resolver el problema. ¡Enfrentarse a él!", Joseph Conrad (1857-1924) Novelista británico de origen polaco.

El psicólogo clínico Enrico Bonfanti considera importante que las personas aprendan a enfrentar los problemas y las dificultades porque son nuestros maestros de vida. “Es una ley natural que para crecer y superarse se tendrá que pasar por dificultades que serán el aprendizaje para un crecimiento superior”.

Quienes saben resolver adecuadamente sus problemas, dice, son seguros de sí mismos, relajados y altamente motivados. “Son personas pacientes que realizan sus tareas de manera eficiente, saben escuchar y transmiten menos señales de ansiedad que la mayoría de las personas”.

Detalle

Una dificultad es un asunto que se espera aclarar

Sin embargo, quienes no pueden enfrentar las dificultades se debe a algunos factores como: baja autoestima, interpretación inadecuada de la realidad, viendo las dificultades como imposibles de resolver, conductas rígidas, neuróticas e inadecuadas de evitación y de aprendizajes infantiles inapropiados.

Cuota de responsabilidad

La psicóloga Rosita Sánchez Laserna considera que todas las personas debemos aprender que cada vez que vivimos una situación que calificamos de problemática, sin duda debemos reflexionar sobre qué parte fue generada por nuestras acciones, especialmente a los inconvenientes que tienen que ver con las relaciones de pareja, familiares o de amistad, pues siempre hay una cuota de responsabilidad propia. “Sin esta aceptación es imposible que la solución sea efectiva y duradera, porque habrá un tercero en discordia”.

Entonces, Bonfanti considera que el tratamiento para los distintos conflictos debe centrarse en modificar las maneras que tiene de afrontar las dificultades inmediatas o las de largo plazo. “Conocer desde la infancia los aprendizajes obtenidos por la interrelación con los adultos, para luego por medio de procedimientos cognitivos – conductuales lograr la modificación de ellos”.

Según Sánchez, por su experiencia dice que quien enfrenta los problemas siempre tiene una luz al final del túnel. Esto sucede cuando asume que las situaciones de la vida no son permanentes, que la dualidad existe, es decir, la alegría y el dolor, lo justo y lo injusto, entre otras, y que todo pasa.

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También cuando asume que todos crecemos con los propios problemas, porque son parte de la vida, y que estos nos hacen más fuertes, menos arrogantes y más comprensivos. Sobre todo, si reflexiona que vivir una vida sin problemas es irreal, sencillamente no existe.

Aceptar los errores

Cuando una persona tiene problemas, agrega Bonfanti, los comportamientos son variados, de acuerdo con la personalidad de cada individuo. La mayoría reacciona con sorpresa y perturbación, resolviéndolo según sus modos particulares de afrontamiento. Muchos con calma y lógica y otros con desesperación e impotencia.

Para Sánchez, es muy importante que las personas acepten que el problema existe y que en lugar de victimizarse, es mejor pensar en darle paso a las soluciones, en caso de que exista. Pero si no es posible, la mejor solución es no hacer nada. “Esto no quiere decir evadir o negar, solo aceptar que hay cosas que no están en nuestras manos solucionar”.

La victimización, agrega, a veces es producto de conductas aprendidas que se convierten en patrones, seguramente reportan ganancias secundarias y algunas veces inconscientes a quien se victimiza.

Por último, dice Sánchez, la tendencia de muchos cuando hay problemas es buscar culpables. “La aceptación de los errores, defectos y fallas no es lo habitual del ser humano. El ego no se los permite, solo aquellos que trabajan en su crecimiento personal y espiritual pueden tener la humildad de reconocer sus equivocaciones y debilidades”. (S.M.de.C.)

 

Para reflexionar

La psicóloga Rosita Sánchez da algunas sugerencias para aprender a enfrentar las dificultades:

• Si el problema ya está presente, no hay nada que hacer, los debería y hubiera ya no sirven.

• Póngase en movimiento si el problema requiere de su acción. Analice si está en sus manos solucionarlo, si necesita buscar ayuda profesional o las diferentes alternativas y consecuencias de sus posibles soluciones.

• Aprenda de los problemas, de sus errores. Por lo general, estos solo son oportunidades para crecer como seres humanos. Puede que muchos problemas nos traigan como consecuencias pérdidas, pero al menos no pierda la lección. Cuando no aprendemos, la vida nos pondrá una y otra vez en situaciones cada vez más apremiantes hasta que podamos aprender.

 

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