‘Mi hijo consume marihuana’

01 de Mayo de 2016

Tengo un hijo de 16 años, al que hace unos cuatro meses descubrí consumiendo marihuana. Cuando nos dimos cuenta por primera vez, prometió no hacerlo más, creímos en él, pero lo volvió a hacer. Esta vez lo controlamos con exámenes de orina sorpresa y cada 40 días. Al parecer, estaba dando resultado, pero mi esposa lo volvió a descubrir con la evidencia. Esa noche entró en miedo y pidió dormir con nosotros, a lo que accedimos.

Ahora no sé qué hacer, a quién recurrir. Hay que recalcar que no es temperamental, en sus estudios es un 8, estudia en un colegio de clase media y sus compañeros de aula también están consumiendo.

Hay momentos, cuando está jugando en línea, en que algo no le sale bien y grita, dando insultos muy fuertes contra la persona con quien juega, pero a lo que le llamamos la atención, se calma. Ruego, por favor, me orienten, no sé qué hacer.

Santiago,
Guayaquil

Mantenga la calma. Ya es momento de empezar a conversar con él, no desde el enfoque del miedo y la prohibición de la conducta, sino con la información que necesita saber al respecto del cómo esta droga está afectando su conducta y alterando su estilo de vida, lo que implica discutir las conveniencias e inconveniencias de mantener este hábito.

Para ello, van a necesitar informarse lo suficiente, primero ustedes como padres, por distintos medios y con la ayuda de un especialista que puede orientar a su hijo, a enfrentar toda esa maraña de ideas disfuncionales que sostienen su necesidad de consumir esa u otras sustancias.

Existen diversos métodos para enfrentar este problema, que van desde las terapias con medicamentos psiquiátricos hasta las psicológicas de tipo cognitivo y conductual, pero siempre van a depender del caso, la edad, tiempo de consumo, los síntomas y el nivel de conciencia que tiene sobre lo que padece. De ahí que para el tratamiento de un adolescente, los padres son un pilar fundamental.

Los niños y los adolescentes empiezan a fumar marihuana por muchas razones. Entre las más comunes están la intolerancia a la frustración, propia de la edad y los cambios físicos, que los mantienen inconformes. Así también, está la curiosidad y el deseo de formar parte de un grupo social. Algunos tienen un grupo de amigos que consume drogas y los presionan a hacer lo mismo.

Los jóvenes que ya fuman cigarrillos o beben alcohol también corren un mayor riesgo de fumar marihuana. De igual manera, los niños y los adolescentes que tienen trastornos mentales sin tratar (como el TDA con hiperactividad, trastornos de la conducta o ansiedad) o que han sufrido de abuso físico o sexual, corren un riesgo más elevado de consumir marihuana y otras drogas, y de comenzar a una edad más temprana.

Para algunos jóvenes, el consumo de drogas comienza como un medio para hacer frente a la ansiedad, la ira, la depresión o el aburrimiento. Así como también son conductas aprendidas de sus mayores sean estos sus padres u otros miembros de la familia. Sin embargo y por lo general, el consumo de drogas suele ser solo una manera de evadir los problemas y los retos de crecer.

Como padres deben saber que los niños y adolescentes son el público más vulnerable y apetecible por el narcotráfico. Esta vulnerabilidad reside, justamente, en su inmadurez orgánica, pues al encontrarse en formación, son fácilmente maleables y, por tanto, muy adaptables, tanto a buenos como a malos hábitos. Se sabe que el cerebro humano no está lo suficientemente maduro, sino hasta luego de concluida la segunda década de edad.

No hay una varita mágica para evitar que los adolescentes usen drogas. Sin embargo, las investigaciones indican que los padres tienen una influencia muy grande sobre sus hijos adolescentes. Así que hable abiertamente con su hijo y participe activamente en su vida. Su adolescente está aún en formación, aproveche esta crisis para tomar el control de su vida y orientarlo de la mejor manera, recuerde que un especialista, puede guiarlo en este proceso.

Recomendaciones para los padres:

• Escuchen a sus hijos.

• Sean claros y firmes sobre el hecho de que no se deben usar drogas y alcohol.

• Ayuden a sus hijos a resistir las presiones de los amigos de probar las drogas.

• Conozcan a los amigos y los padres de los amigos de sus hijos.

• Vigilen a sus hijos y los lugares adonde van.

• Supervisen las actividades de sus adolescentes.

• Hablen con sus hijos frecuentemente. (F)

Glenda Pinto Guevara,
Psicóloga clínica, especialista TREC (parejas, niños, adolescentes y adicciones).
Telf.: 232-4066, 099-961-2322.

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