Procrastinadores: Aplazar los asuntos pendientes

12 de Octubre de 2014

Los procrastinadores dejan lo importante para después. Esta actitud causa un ambiente hostil.

Aplazar los asuntos pendientes o dejar para mañana lo que podría hacer hoy es una costumbre conocida como procrastinación. Se la considera muy habitual a pesar de que tiene un costo elevado, ya que los retrasos evitables generan pérdidas de productividad, además causan estragos emocionales, porque merman la autoestima.

Según la psicóloga clínica Glenda Pinto Guevara, casi todos hemos procrastinados en mayor o menor grado y por ello no es muy bien detectada hasta que no se empieza a experimentar los estragos que ocasiona en la vida diaria.

“Es un trastorno del comportamiento que tiene su raíz en la asociación de la acción a realizar con el cambio, el dolor o la incomodidad producto del estrés. Este problema puede ser psicológico en forma de ansiedad o frustración; físico como el que se experimenta durante actos que requieren trabajo fuerte o ejercicio vigoroso e incluso intelectual”.

Para la psicóloga clínica Susana Torres de Rumbea, la procrastinación es una actitud negativa para quien la vive y para quienes rodean a estas personas. Si alguien cree sufrirla, explica, debería hacerse un examen físico para saber si está enfermo o si se siente ansioso, deprimido o estresado, porque en estas situaciones el pensamiento se distorsiona y los sentimientos negativos no le permiten dar una respuesta racional, por lo tanto pierde la capacidad de discernir con eficacia lo prioritario, de lo secundario.

También existen rasgos negativos de personalidad: irresponsabilidad, inseguridad, falta de juicio práctico (que es un área de la inteligencia) para resolver problemas y hay egoísmo por lo que se espera todo de los demás, sin participar, ni esforzarse lo suficiente.

Asimismo, explica Pinto, la procrastinación como todo hábito sigue una secuencia o patrón y lo peor es que es autogratificante, por lo que es duro salir del hábito. Por ejemplo: si aplaza algo hasta el último minuto y luego se lo hace aprisa y de alguna manera se las arreglas para terminarlo bien, es cuando se siente bien consigo mismo. Comienza entonces a convencerse a sí mismo de que solo puede trabajar bajo presión y cuando hay poco tiempo. Después de todo, cada vez que procrastina, lo que realmente hace es engañarse.

Incluso, agrega, se piensa que la procrastinación puede ser un síntoma de TDAH (trastorno por déficit de atención con hiperactividad), aunque no precisamente la causa. Científicos de la Universidad de Constanza (Alemania) la han estudiado a fondo y han llegado a la conclusión de que las personas se comportan así porque creen que el día de mañana será más adecuado para poner en práctica lo planeado. También han demostrado que la tendencia a procrastinar es menor si se plantea la tarea en términos muy concretos y específicos.

En el hogar y trabajo

Los procrastinadores, dice Torres de Rumbea, son evidentes en el hogar y en el campo laboral, porque causan un ambiente hostil, ya que los que le rodean desean que cooperen en la solución de problemas importantes y no pasen el tiempo en nimiedades.

En el hogar, por ejemplo, si hay un problema económico prefieren gastar el dinero en cosas que no se necesitan de urgencia y en el trabajo ocasionan lentitud en la resolución de dificultades, pérdidas de tiempo y por lo tanto de dinero. Esto porque muchas veces son inseguros y tienen bajo autoestima, por eso no confían en ellos mismos y no están seguros de lo que deciden, por eso postergan. Además no aportan con ideas firmes sobre la solución del conflicto y prefieren chatear, hacer deportes o irse de compras, en espera de que otra persona resuelva la situación.

También, dice Pinto, pueden comer compulsivamente o dejarse absorber en exceso por la rutina laboral, entre otras, como pretexto para evadir alguna responsabilidad, acción o decisión. (S. M. de C.)

Recomendaciones

La psicóloga Susana Torres de Rumbea sugiere a las personas procrastinadoras tomar en cuenta lo siguiente:

• Analícese si su procrastinación es algo físico o emocional. Acuda a un médico o un psicólogo.

• Si no se siente seguro de lo que decide o hace, valorícese. Recuerde que puede ser una persona capaz y seguramente puede confiar en usted misma.

• La responsabilidad es responder por lo que se hace y las actividades que tocan realizar. Debe hacerlas porque es una obligación solo suya.

• El egoísmo no conduce a nada, aísla y en un grupo social no aprecian a las personas procrastinadoras.

• Su juicio práctico auméntelo haciendo tareas, aceptando retos cada vez más grandes y resolviendo situaciones en forma rápida y eficaz. Así se sentirá más tranquilo y se valorizará más.

• Use su criterio personal para resolver situaciones prioritarias y deje para después lo secundario.

 

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