Soy virgen

Por Mariquita Noboa
31 de Agosto de 2014

“Soy virgen” me dijo Leonor antes de subir al avión. Su enojo, mejor dicho, su indignación era evidente por las groserías que le había dicho su, hasta ese momento, mejor amigo. Es que ella perdió una apuesta, que la hizo segura de que iba a ganar.

Leonor –32 años– y César –de 35– son mejores amigos, pero a cierta distancia el amiguín seguía enviándole piropos poco elegantes. Les pedí autorización a ambos para comentar lo sucedido, aquí en la columna Modales. “Diga lo que le dé la gana”, espetó la iracunda Leonor, mientras que el niño Cesitar volvió a su punto de educación y con respeto dijo “usted decide”.

La apuesta consistía en hacerse un tatuaje, una rosita, pero Leonor es química y sabe de los riesgos y amenazas para su salud, por eso su furiosa negación. “Nunca me haré un tatuaje, mi piel está virgen, no quiero esas manchas” gemía al punto de las lágrimas.

• Llévale unas flores a tu mamá, sugerí. Ella viajaba a Quito para celebrar el cumpleaños de su madre.

• En el lenguaje de las flores no cuenta la cantidad, sí la calidad y el buen gusto con que se las escoge.

• Nada mejor que expresarle amor a la madre. Es como un bálsamo, con olor a hierba fresca...

• Las flores se entregan con una tarjeta de visita escrita a mano. Si no te salen las palabras, píntale un corazón. No te arrepentirás nunca.

Buen viaje, Leonor. Saludos a tu mamá y que ¡disfruten!

Las orejas de César estaban listas para escuchar:

• Un caballero que se estima nunca dice groserías. Tú crees que lastimas a tu amiga, pero también te estás agrediendo a ti.

• Si quieres ser bien recibido, nunca hieras a nadie. No es más “bacán” el que bota basura en sus palabras. Recuerda que “de la grandeza del corazón habla la boca...”.

• Cualquier piropo está bien, siempre que no se utilicen expresiones vulgares ni de doble sentido. No hay que descender al plano de la ordinariez para sentirse el “más-más...”.

• Si quieres ser galante, una frase bien construida y dicha con aplomo y seguridad, va a ser bien recibida, siempre que no se transforme en muletilla. Todo en exceso resulta fastidioso.

• ¿Y tú, ya le compraste flores a tu mamá? No esperes el próximo mayo.

Como decía Ana María Rabatté: “En vida, hermano, en vida...”.

mtnoboa@hotmail.com

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