Más sobre invitaciones

Por Mariquita Noboa
12 de Abril de 2015

Indiscutiblemente, el tema ha tenido repercusión. Las comunicaciones no se hicieron esperar y todas, invariablemente, piden que se oriente sobre esa “malsana nueva costumbre de pedir dinero en un sobre”.

Vale señalar que cuando se trata de cortesía social no se antepone el dinero. Pero veamos otras situaciones:

La comidilla se inicia cuando comienzan a circular las invitaciones para la fastuosa celebración del cumpleaños de Lolita, que cumple 5 añitos, pero que “se ha enamorado de un juego de dormitorio de la Hello Kitty”. Junto con la invitación llega la indicación: “Mueblería tal” y se señala la dirección.

• Lamento contravenir las buenas intenciones de los padres de Lolita, porque son ellos los que tomaron la iniciativa, no la niña, y decirles que esto no es lo procedente. Al cursar una invitación, no se debe poner en situación incómoda a nadie. Los regalos salen, además del bolsillo, del corazón, de los afectos, van llenos de sentimiento, no importa el valor, lo que cuenta es el detalle.

• Igual situación se aplica para aquellas personas que por motivo de su cumpleaños 40 o 50 solicitan una cuota en la joyería tal. Recordemos que todas las convocadas no tienen el mismo vínculo afectivo, por lo tanto, no se recomienda hacer una solicitud generalizada de este tipo.

• En relación con el joven que con motivo de su graduación quiere un yate y que le hagan una fiesta para pedir cuota, estoy segura de que sus padres lo habrán orientado adecuadamente. Su papá debe haberle dicho que comience bien, porque “al que obra mal, se le quema el tamal…”.

• Cuando se trata de matrimonios, lo más conveniente –y elegante– es la mesa de regalos. Los novios están construyendo su nuevo hogar y nosotros escogemos el regalo basados en su previa selección. Claro que dejamos de ser originales, porque ya las piezas están escogidas con antelación, pero no hay la grosería de pedir que lleven el obsequio “en sobre cerrado la noche del evento”.

• En otras latitudes, como en Canadá y Estados Unidos, se estila obsequiar dinero, en efectivo, para matrimonios o cuando hay un deceso. Es cuestión optativa, pero nunca se espera que por el valor que se reciba se va a financiar el evento; esto no es un negocio.

• No regale lo que a usted le han obsequiado. No olvide que un presente simboliza, de alguna manera, el aprecio que tenemos para el destinatario.

Recordemos que todo regalo tiene implícito un mensaje. Es la forma como demostramos nuestros afectos, lleva la alegría de descubrir qué nos regalan, sin anteponer el valor económico. (O)

mtnoboa@hotmail.com

  Deja tu comentario