La nueva vida

Por Mariquita Noboa
22 de Mayo de 2016

Como una nube de feliz nostalgia se mueven mis recuerdos de madre primeriza. Los temores se quedaron en el consultorio del doctor Medardo Blum Narváez cuando sus sabias palabras desvanecían el nerviosismo y las dudas, propias de la inexperiencia.

En la sala de espera, visita mensual obligada, se escucha de todo, contribuye a ese bagaje de conocimientos que se necesitan y termina siendo, cada vez, una experiencia enriquecedora. Recuerdo haber escuchado que una señora mientras estaba en trabajo de parto tenía problemas con sus lentes de contacto. ¡Dios mío! ¿Cómo es eso?, me preguntaba. Lo asombroso es que ella muy suelta de huesos, y de lengua, relataba el hecho como una escena de película. Resultado: estrés para todas las futuras parturientas.

No hable de los riesgos de aborto frente a una embarazada.

En el banco, restaurantes, en el cine o supermercado, siempre tiene prioridad para ser atendida la mujer gestante.

En cualquier lugar que se encuentre, ceda su asiento a la señora embarazada, no solamente los hombres tienen la obligación de hacerlo, nosotras también.

Tocar el cuerpo de otra persona es invadir su privacidad. No le toque la barriga a ninguna señora en estado de gestación.

Ni se convierta en la “biblia” de las embarazadas si es que no le han pedido su opinión.

Evite ofrecer licores, cocteles o vino a una señora grávida.

Para anunciar su embarazo puede reunir a la familia y amigos más cercanos. Los humanos somos seres sociales, por lo tanto, es muy factible congregar a los suyos para el feliz anuncio.

Si entre sus amigos hay alguna pareja con inconvenientes de fertilidad, sea discreta al comunicar su felicidad, puede convertirse en un momento incómodo.

Para el día de su baby shower vista ropa discreta.

Facebook y el diario El Hocicón se dan ahí, tas con tas. Aunque la red social ocupa el primer lugar en difusión es recomendable preservar su intimidad. Fotos de la barriga o el video del ecograma deben ser motivo solamente del festejo familiar.

Si va a visitar a la parturienta, que no sea el mismo día del alumbramiento. Entre la alegría y el dolor se vive una ambivalencia difícil de explicar.

La participación de nacimiento se hace cuando el nuevo terrícola ya está entre sus brazos. Llegan las tarjetas que hay que responder.

En este camino de la reproducción biológica tienen directa participación sus familiares directos y políticos. (O)

mtnoboa@hotmail.com

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