Fiesta de graduación

Por Mariquita Noboa
12 de Enero de 2014

Esta vez debo responder a Juan Manuel. Me pide que lo oriente para la fiesta de grado, pero dice que no está seguro si se va a graduar. ¿…Entonces…?

Vamos a lo primero: No tienes que ir al Oráculo de Delfos para saber si te gradúas o no. Una cordial conversación con el director va a solucionar tus dudas. Seguramente estás experimentando sentimientos varios: alegría, tristeza, sueños, esperanza, nostalgia. Y si hasta ahora no te habías preocupado por tu futuro financiero, ha llegado la hora de mirar la vida con otros ojos.

Graduarse de la secundaria es uno de los primeros logros estudiantiles, entonces, cuidar tu comportamiento ahora es como sembrar las buenas semillas de la interacción futura, tanto en lo social como en lo laboral.

Si después de la ceremonia, todavía no agradeces a tus directivos y maestros, esta es la mejor oportunidad. Puedes tener la seguridad de que en cada clase ellos dejan, no la media vida, pero sí mucho de su energía y su valioso conocimiento.

Si la celebración es una fiesta colectiva y uno de tus compañeros toma la palabra en representación de todos los graduados, acércate a felicitarlo por su intervención.

Si vas a bailar, no lo hagas nunca con un vaso en la mano. Igual si se trata del cigarrillo. No es elegante.

Si se trata de una cena servida, debes de aceptar lo que se ofrece, no hay opciones de cambio porque es un menú previamente concertado para todos.

En cambio, si es un bufé, puedes servirte cuantas veces desees, pero no te sirvas tanto para que tu plato no parezca un “Chimborazo”. Sírvete y come con discreción.

Como en todas las cosas de la vida, en la fiesta de graduación también hay códigos, uno de ellos, la vestimenta. No vayas en jeans y con zapatos de caucho, así se trate de una parrillada en el jardín de tu casa. Vístete formalmente y recuerda que si el traje es alquilado, hay que devolverlo en cuarenta y ocho horas.

La mejor demostración de tus buenos modales está en tu proceder. Sé prudente y respetuoso con los mayores. No hay nada peor que un jovencito presumido y arrogante. Recuerda que recién estás comenzando.

Y ahora que finaliza esta etapa escolar, con todo ese cúmulo de emociones, que no se te olvide nunca de agradecerle al Altísimo y a tus padres por todos los privilegios que has tenido… aunque sea en voz bajita…

mtnoboa@hotmail.com

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