En el retiro espiritual

Por Mariquita Noboa
06 de Julio de 2014

En esta ocasión debo responder a Rodrigo, tiene 16 años y me dice que en octubre próximo debe ir, con los compañeros del colegio, a un retiro espiritual a un convento de la Sierra.  Su preocupación está centrada en los modales y hasta en la comida, me pregunta además “¿qué es una milanesa?”.

La buena noticia para Rodrigo y todos quienes tienen esta posibilidad es que todo lo relacionado con la convivencia espiritual gira en torno a la reflexión, de manera que no hay que asustarse por nada, es solo la oportunidad de vivir un momento especial.
Solamente hay que acatar “sin chistar” las normas que se imponen en estos encuentros. 

  • Hay un horario para todo:  ejercicios espirituales, desayuno, conferencias, análisis, almuerzo, cena y hasta para hacer deportes al aire libre, porque es parte de la vida.
  • Mientras le das las gracias al Altísimo tan pronto abras los ojitos, te dispones a dejar bien tendida tu cama, tal cual si estuvieras en un entrenamiento militar.  Recuerda que aquí no tenemos mamita ni asistente alguna que nos haga todo.
  • Aquí no hay cabida para los audífonos, ni para chatear, ni para ver películas o bajar música.  Deja a un lado todos los aparatos y vive tu realidad, tu otra realidad.
  • Hay que vestirse adecuadamente; recuerda que en todas las instancias de la vida, “como te ven, te tratan”.  Es mejor salir de la habitación bien peinado y nunca con las zapatillas que utilizas en la playa.
  • Si escuchas que algún compañero se queja de las instalaciones o de la mala relación con algún profesor, sé prudente.  No continúes con el tema porque eso no conduce a nada constructivo.
  • La Milanesa no es otra cosa que un filete de carne o de pollo, pasado por huevos batidos, queso parmesano rallado y apanadura.  Es lo que en el medio se conoce comúnmente como “carne apanada” y que generalmente se lo presenta con puré.
  • A la hora de comer no hay que poner los codos en la mesa.
  • Se debe respetar el momento de bendecir los alimentos, no se empieza a comer hasta que se haga la oración correspondiente.
  • Como en todas las ocasiones, si la mesa está presidida por una persona mayor, hay que esperar que comience a comer para que luego todos lo hagan.
  • Al finalizar la jornada generalmente se llena una hoja de evaluación y fin de la fiesta, con una misa de acción de gracias.

mtnoboa@hotmail.com

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