En el consultorio médico

Por Mariquita Noboa
29 de Junio de 2014

Considerando el largo trecho que vamos a transitar con determinado profesional, la relación médico-paciente debe ser tan cordial como respetuosa. Debemos ser considerados tanto con el médico como con el personal que lo asiste.

  • Al ingresar y luego de saludar, una actitud amistosa siempre será mejor que un rostro adusto o un ceño fruncido.
  • Presente a la secretaria, o enfermera, su credencial de seguro de salud, si es que lo tiene. Hágalo con discreción. No se ponga a decir que es el mejor o el peor servicio que tienen y que se escuche por toda la sala.
  • La sala de espera es para eso, para esperar. Sea paciente. Haga de este un momento agradable, saque su libro, póngase a leer y actualícese. No es el momento de preguntarle a quien está a su lado qué enfermedades tiene. Las condiciones de salud son un asunto personal, no es tema de exposición.
  • Siéntese bien, no se acueste en el sofá ni se recueste como que va a ver una película de Walt Disney. No se saque los zapatos.
  • Aunque suene repetido, apague su celular. Usted no debe responder llamadas mientras consulta con el médico.
  • El doctor tampoco debe responder llamadas telefónicas, ni ponerse a “negociar” su próxima intervención quirúrgica. Se espera que en el ámbito de salud se anteponga lo compasivo, la benevolencia y no el sentido monetario.
  • Una queja común es que el médico no presta la suficiente atención al paciente porque quiere conversar con quien le ofrece un viaje al próximo congreso. Si se siente relegado, manifiéstelo con cordialidad.
  • Por respeto a su paciente el doctor debe consultar cuál es el laboratorio clínico de confianza o de su preferencia. “Hablando se entiende la gente inteligente”.
  • ¿Quiere invitar a su médico al matrimonio? Puede hacerlo, pero en la invitación no debe constar la palabra “doctor”. Los títulos profesionales no constan en una invitación social.
  • Si la invitación es formulada por una casa farmacéutica es distinto. En la base de datos debe distinguirse al señor doctor del señor egresado o del señor tecnólogo.
  • No es procedente que el médico le diga al representante de una casa comercial que necesita “unos cuadritos para la paredes del consultorio” o que las llantas de su carro “ya requieren un cambio…”.
  • Despídase con la formalidad que la ocasión impone. No somos “panas”, hay una línea invisible que nos separa.

Es que si Hipócrates viviera…

mtnoboa@hotmail.com

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