Salir de la burbuja

27 de Mayo de 2018
Diana González, para La Revista

El Museo de la Diversidad Cultural (Mudic) busca que los estudiantes conozcan su entorno y aprendan de la diversidad cultural de Guayaquil.

En horas laborables, las calles céntricas de Guayaquil están vivas. Por ellas pululan comerciantes, oficinistas y otros personajes. Sin embargo, esa realidad es desconocida por muchos jóvenes guayaquileños; algunos ni siquiera conocen el centro.

La vida de estos jóvenes transcurre entre sus casas, ubicadas al norte o en zonas periféricas como Samborondón, y el colegio. Su diversión es ir a algún mall o conectarse a internet. No interactúan con las realidades simultáneas de Guayaquil.

Este fue uno de los fenómenos sociales que motivó a Jorge Albuja a idear El Museo de la Diversidad Cultural (Mudic), cuando inició sus labores como profesor de Historia en el colegio Americano, hace seis años.

Este ‘museo nómada’ es un espacio para estudiar y exponer las expresiones culturales de los alumnos y de Guayaquil y sus alrededores. Con Mudic, Jorge ganó el pasado 25 de abril el X Concurso Nacional y V Iberoamericano de Excelencia Educativa. Se presentaron más de 200 proyectos y fue el único representante de la Costa entre los 11 finalistas. Como ganador, en el 2019 asistirá al Global Teacher Prize, en Dubái.

Su experiencia como guía en el Museo Municipal y colaborador de proyectos educativos también le ayudó a reconocer los problemas de identidad en Guayaquil. “La falta de compromiso con la cultura en Guayaquil hace que este museo nazca (...) es una forma de crear comunidad, formar a las personas y problematizar algo que la ciudad sufre mucho: los desplazamientos urbanos, espaciales. Los chicos están lejos y no acceden a la cultura (...) no conocen Guayaquil ni su gente”, explica.

Mudic es también, según Albuja, una forma de decirle a quienes están a cargo de los museos tradicionales que no están conectados con la gente, que no tienen agendas anuales, ni planes con los estudiantes, “decirles que hay otras maneras de formar a las personas”.

¿Cómo funciona el Mudic?

Al no tener un espacio físico, usan los salones de clases, pasillos y auditorios para crear una atmósfera de museo. Organizan talleres y muestras, sobre todo etnográficas, para difundir las expresiones culturales de los estudiantes y de la ciudad en la que viven.

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En el colegio Americano hay alumnos de muchas nacionalidades y lo han aprovechado para que los chicos den los talleres de lenguas. Clases de coreano, japonés, mandarín, francés, se han impartido incluso para profesores y padres de familia.

Odara Adoum, alumna a cargo del área de educación del Mudic, cree que lo mejor de todo es que los alumnos, incluso chicos de 12 o 13 años, tienen la experiencia de impartir clases a tan corta edad. Otro de sus compañeros, Anthony Fornell –encargado de comunicación–, comenta que ha aprendido que las cosas salen casi “sin pensarlo”, cuando trabajas arduamente en un proyecto.

‘Nosotros y los otros’

Entre los proyectos más exitosos del Mudic estuvo ‘Nosotros y los otros’. Sobre un plano de Guayaquil, los alumnos ubicaban su lugar de residencia o al que creían que pertenecían. También escribían qué les gustaba o disgustaba de Guayaquil. Se buscaba entender la posición de los estudiantes y otros asistentes en torno a su ciudad y se concluyó que había poco sentido de identidad y mucho desconocimiento, además de que casi todos vivían en ciudadelas cerradas, ajenos a la vida de la urbe.

“Antes vivía en el centro, teníamos un bazar, todo cerca, ahora vivo en Kriptón, una ciudadela con el nombre de un planeta de un superhéroe...”, fue una de las tantas anécdotas contadas durante la actividad.

La muestra fue replicada tres veces en instituciones educativas amigas, y este año tienen planificado llevarla a colegios de zonas urbano marginadas.

“En Guayaquil hay una idea de que el desarrollo es autopista, mall y palmeras (...). No hay centro histórico y lo que queda no se cuida (...). Eso no es desarrollo, no estamos haciendo ciudad”, recalca Jorge. Por ello, entre las actividades del Mudic se incluyen visitas a lugares céntricos de la ciudad y este año buscarán ampliar la idea del museo, para que se realice en otras instituciones, así “sembrar la semilla, para que de los colegios salgan ciudadanos activos”.

Contra el bullying

“Se dice que llegan colombianos, que llegan venezolanos, pero no se dice por qué, o cómo llegaron nuestros ancestros a Guayaquil, (...) o ‘todos son chinos’ cuando se habla de asiáticos”, comenta Albuja. Esa costumbre de folclorizar a la gente es la que se intenta erradicar con las muestras culturales del Mudic.

Con fotografías de familiares, música, historias de vida, los alumnos profundizaron en culturas tan diversas como las de Colombia, China e India. Adoum opina que esto tiene mucha relación con el bullying que afecta a los jóvenes, pues están muy acostumbrados a clasificar a la gente y ponerle etiquetas, pero allí “aprendemos sobre el respeto y el reconocimiento a la diversidad”.

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