La educación ecológica a niños empieza en casa

27 de Marzo de 2016
Patricia Nevárez, colaboración para La Revista*

¡Sí es posible! Los niños aprenden a respetar y a cuidar el medioambiente a través de los ejemplos de sus padres.

No creo que haya una edad, en el sentido de la palabra, para enseñarles a los niños a respetar y cuidar el medioambiente. Los padres, si tienen conciencia ecológica, la pondrán en práctica en su vida cotidiana y, en la medida en que lo hacen, se convertirán en modelo para sus hijos, y a medida que ellos crezcan tratarán de imitarlos y seguir sus ejemplos.

La forma en que los padres enseñan a sus hijos es a través de lo que hacen dentro de su casa o fuera de ella. Por ejemplo, cuando reciclan papel, fundas de plástico, botellas, seleccionan lo que botan a la basura en su casa; si cada vez que salen, en su carro llevan una fundita para poner los desperdicios, evitando arrojarlos a la calle, entre otros (ver recuadro).

También fomentando el contacto con la naturaleza, a través de paseos y les explican a sus hijos las bondades de esta hacia el ser humano.

Otra manera de enseñarles es dialogando con ellos; pueden ver programas o videos en que se muestran los animales y plantas en extinción; la forma en que ha cambiado el clima, o situaciones que se dan en la ciudad o el país, como puede ser un incendio forestal, inundaciones por la lluvia, y las utilizan como una valiosa oportunidad para hablar sobre la responsabilidad y el cuidado del medioambiente.

En las aulas

Las escuelas también pueden y deben colaborar en concienciar a los chicos sobre el cuidado del medioambiente. Pueden empezar con enseñarles a separar los residuos en diferentes tachos de basura, elaborar proyectos ecológicos como la creación de huertos escolares; cuidado de mascotas; elaboración de material didáctico con material reciclado; recolección de botellas, papel o periódicos, venderlos para ayudar a una fundación, iglesia o realizar algún evento; enseñarles a elaborar tarjetas, cajitas, sobres con papel reciclado.

Otras propuestas son la elaboración de abonos orgánicos a partir de los desechos; rotular los árboles y plantas que existan en la institución educativa. Asignar el cuidado semanal de alguna mascota. Realizar investigaciones acerca de los árboles que existen en la ciudad, o los animales en extinción, así como visita a parques, jardines botánicos, zoológicos y más.

Es necesario que promuevan el ahorro de energía, apagando las luces y el proyector infocus cuando salgan de la clase; utilizar la luz solar; encender el acondicionador de aire solo cuando haga mucho calor y mantener la puerta cerrada cuando esté prendido. Utilizar el papel higiénico en forma adecuada, evitando el desperdicio.

Mantener cerradas las llaves de agua cuando se enjabonen las manos. Cuidar las plantas ornamentales, evitar pisarlas o arrancarlas. Realizar foros o debates sobre el cuidado del medioambiente y mingas de limpieza.

Con los chicos más pequeños pueden utilizar cuentos y títeres, canciones y videos para hablarles sobre el cuidado del medioambiente, así como la selección de la basura en tachos diferentes y la asignación y cuidado de una plantita.

Tanto con el ejemplo como con el diálogo y la práctica, los niños aprenden sobre el cuidado del medioambiente y sus beneficios a corto y largo plazo; y la responsabilidad que tienen en que se mantenga y puedan disfrutarlo otras generaciones. (F)

 

ideas para promover valores ecológicos

Ejemplos que los niños aprenden de los padres:

Llevar fundas de tela al supermercado, para las compras.

Evitar arrojar por la cañería cloro o sustancias dañinas.

Recoger envases de plástico y entregarlos a los recicladores.

Usar los desperdicios orgánicos como abono para plantas.

Evitar lavar el carro con una manguera. Para ahorrar, llenar un balde con agua y con ayuda de una esponja lavarlo.

Cerrar las llaves de agua mientras se enjabona, se pone champú o se lava los dientes.

Solo encender la luz en el espacio en donde está (cuando no puede aprovechar la iluminación natural).

Desconectar los aparatos eléctricos sin emplear.

Utilizar focos ahorradores.

Ponerse de acuerdo los miembros de la familia para utilizar un solo vehículo en la salida y regreso a casa.

Cuidar de no lanzar cigarrillos encendidos, o dejar basura, en excursiones o paseos.

Participar en mingas para sembrar árboles o en organizaciones pronaturaleza.

Botar las pilas, dentro de botellas, a la basura.

Hacer manualidades con material reciclado.

Evitar cortar árboles en casa.

* Psicóloga clínica y magíster en Desarrollo Educativo. Consejera en Ecomundo (primaria) y profesora de Pedagogía en la U. Católica.

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