Frases que no debe repetirles a sus hijos

04 de Febrero de 2018

Canciones infantiles o frases de uso común en familia o en la escuela pueden sugerir patrones de comportamiento a los menores.

Los mensajes que los padres dan a los hijos e hijas no determinan.

“Trabajo de mujeres”. Esto está en las canciones que, por considerarse tradicionales, todavía hay quienes las enseñan. Por ejemplo: Sobre el puente de Avignon. Todos los oficios de lavar, planchar, cocinar los atribuyen a las lavanderas, las planchadoras... “Arroz con leche, me quiero casar con una señorita de San Nicolás. Que sepa coser, que sepa bordar, que sepa abrir la puerta para ir a jugar”.

El ‘top 5’ de las frases sexistas Quizás las haya escuchado:

1. “Espera que se lo cuente a tu padre...”. Si el niño en casa ve que es común que la mamá le da la última palabra siempre al papá, cuando se trata de imponer una sanción o no, pues el chico entenderá que la mamá no puede decidir por sí misma.

2. “Eso es de niñas”. Finalmente, está el hecho de incentivar a los varones a jugar solo pelota o con carros, entre otros, y alejarlos de las muñecas, de las manualidades, de la cocina.

Y podemos incluir algunas más, que suelen escucharse: 3. “Los varones no lloran”, “No llore, sea varoncito”. 4. “Mi hija es una princesa”. 5. “Eso lo puede hacer tu hermana”.

Dónde están las diferencias

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Lo que decimos y la manera en que lo decimos no determina la capacidad de niños y niñas, pero sí sus actitudes. El estudio de 2013 Estado de las niñas y mujeres en STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), realizado por el Proyecto Colaborativo Estadounidense Niñas, estableció que los chicos y chicas no tienen diferencias significativas en sus habilidades en matemáticas y ciencias, pero sí en sus intereses y su nivel de interés y confianza en estas asignaturas.

Los varones tienen tres veces más tendencia a estar interesados en un título en STEM que sus compañeras. Esto se traduce en que, al llegar a la etapa laboral, solo uno de cada diez científicos e ingenieros empleados sea mujer.

¿Por dónde empezar el cambio?

Peggy Orenstein, autora de Cenicienta se comió a mi hija: Reportes desde la línea de fuego de la nueva cultura para niñas (Harper Collins, 2012), dice que puede ser útil darles a los pequeños una mejor manera de analizar lo que ven. “¿Me pregunto por qué todas las muñecas deben tener los labios grandes y pintados? ¿Me pregunto por qué dicen que las chicas son así?”. Hacer ese tipo de cuestionamientos en voz alta funciona. Enseñar a los niños a ser pensadores críticos sobre los medios, la cultura pop y lo que está en venta dirigido a ellos es lo que la escritora llama el más grande desafío para la actual generación de padres.

Lenguaje que forma el futuro

Las escuelas inglesas atribuyen al lenguaje sexista problemas como la división de género escolar. Solo el 19% de las chicas que sacaron la nota máxima en los exámenes finales de Física escogió esa materia al llegar al nivel avanzado (A-Level). Esto contrasta con la cantidad de chicos, que llegó al 50%. Algo similar pasa con Matemáticas, Economía y Ciencias de la Computación.

Una de las medidas de varias escuelas ha sido vigilar el uso de frases sexistas como “Pórtate como hombre” (Man up) y “No seas una niñita”.

La división ha sido parcialmente culpada por la brecha salarial. Las mujeres actualmente ganan 19% menos por hora que los hombres, ya que las asignaturas ‘femeninas’ son pensadas como ‘blandas’ y tienden a conducir a carreras con menores sueldos.

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