Somos padres… no abogados defensores

Por Ángela Marulanda
03 de Mayo de 2015

Hoy en día cada vez hay más padres de familia que parecen haber decidido que su función primordial es la de intervenir para solucionar todos los problemas que tengan sus hijos. Y, aun cuando su intención es buena, su intervención no lo es porque lo que así logran es que los niños aprendan que siempre pueden salirse con la suya porque nosotros nos encargamos de justificarles sus errores para evitar que tengan dificultades.

Es evidente que muchos padres se han convertido en “abogados defensores” de sus hijos y por eso, en lugar de animarlos a que estudien más para que tengan mejores resultados, culpan a los maestros porque les ponen demasiados deberes; en lugar de permitir que los sancionen cuando incumplen las normas del colegio, exigen que se modifiquen los reglamentos y les den nuevas oportunidades; en lugar de reprenderlos cuando abusan de un compañero, los justifican y se alegran porque “son valientes” cuando lo que son es violentos.

Lo grave es que cuando nosotros decidimos respaldarlos cuando actúan mal, lo que los hijos aprenden es a culpar a los demás y no a corregir sus defectos. Nuestra función como padres no es liberarlos de los problemas en que se meten sino capacitarlos para que puedan superarlo por sí mismos. Y por eso lo fundamental es que les enseñemos a enmendar sus faltas, a lidiar con la frustración, a conciliar sus diferencias con los demás y a sobreponerse a las decepciones o reveses que tendrán a lo largo de la vida.

Esto nos exige dejar de interferir para evitar que los niños sufran las consecuencias de su irresponsabilidad; renunciar a abogar para que los eximan de las sanciones que se merecen; y, en última instancia, amar a los hijos tanto como para permitir que experimenten las consecuencias de sus fallas porque es así como aprendan a ser responsables, justos e íntegros.

Los niños no necesitan abogados que los defiendan sino padres que los corrijan y les exijan obrar bien. La función más importante que tenemos es enseñarles a actuar en forma justa, correcta y bondadosa. Es así como podremos contribuir a que ellos sean buenos seres humanos y que, por ende, sean felices y triunfen en la vida. (O)

www.angelamarulanda.com

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