Responsabilidad social empresarial

Por Carlos Muñoz Gallardo
12 de Abril de 2015

Las empresas tienen un rol fundamental en el cambio de la sociedad. El fin de las empresas no es simplemente maximizar ganancias, sino aportar de distintas maneras al horizonte de transformación social. Una auténtica visión de responsabilidad social tiene que incluir tanto la dimensión interior de la organización, como la proyección en su entorno.

Se podría visualizar esto como una especie de círculos concéntricos empezando por la vivencia de los valores en los líderes de la empresa, continuando con los colaboradores de la organización, de tal forma que esta visión de responsabilidad social pueda abarcar a cada uno de los grupos de interés (clientes, proveedores, y grupos vulnerables), proyectándose así a la comunidad. Sería incoherente, por ejemplo, atender sectores vulnerables y, a su vez, tener una estructura injusta dentro de la empresa.

Existe un paradigma errado de responsabilidad social que se limita a la ejecución de una serie de actividades aisladas y que no tienen conexión con los valores estratégicos y la cultura empresarial. Un área a analizar en esta línea podría ser cuántos de los productos o servicios de la empresa tienen impacto social. Una institución bancaria podría, por ejemplo, evaluar cuántos de sus servicios benefician los sectores vulnerables de la sociedad. Otra empresa podría identificar a grupos de interés en su cadena productiva, tales como vendedores informales, y proponerles iniciativas de desarrollo.

Un aspecto fundamental es que la responsabilidad social esté integrada en toda la dinámica organizacional. Podría servir de ayuda hacerse algunas preguntas: ¿Cómo podemos desde nuestro puesto de trabajo aportar con ideas innovadoras que impacten positivamente en la empresa y su entorno? ¿Cómo podemos enriquecer nuestras responsabilidades y labores cotidianas con una visión de responsabilidad social?

Para lograr un verdadero impacto los miembros de la organización deben haber interiorizado la visión de la organización y los valores que la impulsan. Cada uno debe poner los dones y talentos personales en su puesto de trabajo, siendo protagonistas y motivar así al resto de los miembros, de tal forma que juntos impulsen una dinámica de transformación capaz de aportar de manera eficaz y continua al cambio de la sociedad. (O)

carlosmunoz@humane.edu.ec

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