Evitando el “bullying” y sus secuelas

Por Lenín E. Salmon
31 de Agosto de 2014

Siempre se ha pensado que el bullying causa daño (físico, social, emocional) durante la época en que sucede, pero poco interés se le ha dado a la investigación de sus consecuencias a mediano y largo plazo. Últimamente, sin embargo, se ha podido establecer que las huellas del abuso recibido de niño o de adolescente permanecen activas mucho tiempo después de los hechos, aun después de largos periodos de aparente normalidad. Muchos casos de fobia social, por ejemplo, tienen su base en experiencias tempranas en un ambiente hostil. Así mismo problemas con la autoestima, la depresión, incluyendo pensamientos y/o intentos suicidas (sobre todo en la temprana edad adulta), pueden rastrearse a la época en que se recibió el maltrato social. Es todavía más preocupante el hecho de que, pese a los pocos o grandes esfuerzos realizados por los planteles educativos primarios (donde sucede la mayoría de los casos), el índice de bullying no haya disminuido significativamente en los últimos años.

El target clásico es el niño/a de 9 a 10 años que muestra timidez o depresión. Sus compañeros, sobre todo los que no son líderes, comenzarán a alejarse de él para que los bullies no los relacionen y también los maltraten. El resultado usual es que, en el transcurso de un año, el niño en cuestión estará “marcado” y quedará solo, a merced de los abusadores (y al siguiente año será rechazado por sus compañeros). Es una seria desventaja para alguien a quien pronto después le tocará enfrentar la pubertad y el colegio.

Para evitar este tipo de abuso los padres deben establecer completa confianza con el niño para conocer enseguida si algo extraño comenzara a sucederle. Hay que estar alerta a cambios en su estado de ánimo, a la presencia de malestares inusuales, o a alteraciones en el sueño o apetito (o a un súbito odio a la escuela). Se debe propiciar su integración a actividades de grupo con sus compañeros y amigos más cercanos, dentro y fuera del plantel. También conviene hacerse presente en el lugar de estudio: El bully es inseguro y cobarde, lo pensará varias veces antes de atacar a un niño cuyo padre es frecuente visitante de la escuela.

salmonlenin@yahoo.com

  Deja tu comentario