Aprendizajes en medio de crisis

Por Carlos Muñoz Gallardo
08 de Mayo de 2016

Hay momentos en que enfrentamos situaciones críticas: económicas, físicas, psicológicas o espirituales. Si bien generan tensión interior, pueden ser una oportunidad de crecimiento y madurez.

Para las empresas, las crisis exigen evaluar la solidez de los fundamentos y la relevancia de ciertas dinámicas o estrategias organizacionales. Resultará necesario analizar las situaciones externas e internas que provocaron la crisis organizacional, así como los signos que permitan anticiparse a dificultades futuras.

Pueden darse dos tentaciones. Por un lado, querer pasar rápido la página del momento incómodo y vivir como si no hubiese pasado nada. También está el peligro de victimizarse, cayendo en desaliento. La fe y la visión al futuro permiten salir del agobio en medio de la adversidad. La manera en que sobrellevemos estos momentos y lo que se derive de ellos es lo que calificará una crisis de positiva o negativa. Frutos positivos: 1) Volver la mirada a aspectos esenciales que podrían haber estado descuidados; 2) Despertar de la ilusión de creer que podemos avanzar sin necesidad de los demás; 3) Sacar a relucir aspectos valiosos de nuestra forma de ser. Hemos sido testigos de una catástrofe en el Ecuador. Esto ha despertado de la indiferencia a muchos; ha unido a una sociedad que por momentos parecía polarizarse. La solidaridad personal e iniciativas privadas muestran que el cambio social es posible y eficaz cuando nos unimos en un solo ideal.

Asumir con madurez la crisis implica incorporar las lecciones y replanteamientos que el dolor ha evidenciado. El reto es recordar lo aprendido y hacer ajustes que nos permitan enriquecernos y no volver a esquemas o errores antiguos. La crisis servirá para sacar aquello que sobraba, purificará lo que estaba distorsionado y nos fortalecerá para salir al encuentro de futuras necesidades. (O)

carlosmunoz@humane.edu.ec

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