¿Sembramos lo que queremos cosechar?
Es maravilloso que la vida venga empaquetada en ciclos que incluyen comienzos y finales porque el inicio de cada año es una oportunidad ideal para revisarnos y ver si lo que estamos cultivando en nuestro hogar será lo que soñamos cosechar.
A pesar de que la formación de una familia es la empresa más trascendental en que nos embarcamos en la vida, pocas veces evaluamos lo que estamos haciendo y lo que obtendremos como consecuencia de ello.
Basta revisar algunas de nuestras actitudes para percatarnos de que, a veces, el camino que tomamos no nos llevará a obtener los resultados anhelados. En efecto, la mayoría soñamos con tener una familia en la que reine la unión y la camaradería, pero seguimos llenando la casa de aparatos electrónicos para que cada cual se entretenga por su cuenta; aspiramos a que los niños nos admiren pero permitimos que nos irrespeten porque nos interesa ganarnos su amistad; tratamos de mantener buena comunicación con ellos pero pasamos largo tiempo en las redes sociales y en el celular comunicados con otros; nos interesa que los niños sean personas estables pero poco hacemos para remediar la incertidumbre en que viven por el descuido de nuestra relación matrimonial; queremos que ellos no sean agresivos pero permitimos que se entretengan con videojuegos que los premian por matar y destruir; aspiramos a que sean responsables pero asumimos sus deberes y problemas como propios; esperamos que sean entusiastas y agradezcan lo que tienen pero nos ocupamos de que obtengan todo aunque no hagan nada para merecerlo. Y así sucesivamente.
El final del año es un momento ideal para sentarnos a reflexionar si lo que queremos ver florecer en los hijos es realmente lo que estamos cultivando. Su formación no depende de lo que les digamos sino de lo que estemos estableciendo en su conciencia e inculcando en su corazón, lo cual se siembra con firmeza y se consolida con ejemplo. ¡Por eso tenemos que asegurarnos de que con nuestras actitudes y estilo de vida y ejemplo sí estamos plantando los frutos que esperamos recoger! (O)
