La tecnología, ¿buena o mala?

Por Ángela Marulanda
27 de Enero de 2013

Gracias a los avances en la tecnología virtual hoy contamos con una infinidad de ventajas. Pero, como siempre, aquello que tiene grandes provechos también puede hacer grandes daños. Y por esta razón hay que estar atentos a protegernos de aquellos perjuicios que puede tener la tecnología.

Por ejemplo, se ha observado que hoy la mayoría de los niños pasan, en promedio, cinco horas diarias conectados a una computadora o a un celular (más que cualquier otra actividad); el 35% de los jóvenes envía más de cien mensajes de texto al día, y la mitad después de las 23:00; y un creciente número de menores dedica de tres a cinco horas diarias a ver TV, a jugar videos, a “surfear” por la red y a “chatear”.

Quizás lo más grave es que el 25% de lo que ven en estos medios son escenas violentas y los niños no se conmueven al verlas; que el 75% de los crímenes que presentan nunca es castigado y que el 42% de estas infamias viene acompañado de risas, es decir, se muestran como algo gracioso.

Esos estudios mostraron que los menores de 5 años que pasan más de una hora diaria ante una pantalla prestan menos atención, son más ansiosos y tienen problemas de adaptación al colegio. Y que quienes ven más de una hora de TV o de videos al día aprenden a leer más tarde, son más agresivos, más temerosos, más descontrolados y menos colaboradores.

Para mí, algo que corrobora que todo esto es cierto es el hecho de que en la ciudad sede de las corporaciones que producen alta tecnología (Silicon Valley, California) los hijos de los “cerebros” que la desarrollan van a un colegio donde no se les permite usar estos aparatos hasta los 13 años y no tienen pantallas ni laptops; solo usan tiza y pizarrón, aprenden a tejer, coser y hornear pan. Según sus directivos, “la computadora no es más que una herramienta, pero el que tiene solo un martillo piensa que todos los problemas son clavos. La pantalla perturba el aprendizaje y disminuye las experiencias físicas y emocionales”.

Valdría la pena que nos cercioráramos si al darles tantos aparatos a los niños los estaremos beneficiando o perjudicando. Y lo que es peor, ¿humanizando o deshumanizando?

www.angelamarulanda.com

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