El mundo del mitómano

Por Lenín E. Salmon
01 de Enero de 2017

Mentir tal vez es el más común de los rasgos del ser humano. Todos lo hemos hecho para impresionar, proteger u ofender a otra persona. También mentimos para aprovecharnos de otros, evitar un castigo (lo hace la mayoría de los niños) o “salvarnos” de una situación desagradable (mentir que estamos enfermos para no asistir a un evento aburrido, por ejemplo), entre muchas otras circunstancias. A veces hemos tenido que volver a mentir para sostener la mentira de ayer. Podríamos concluir que la capacidad de mentir viene incluida en nuestra vida.

Pero para un porcentaje de la población mentir, literalmente, es el centro de su vida. Es lo que sucede con los mitómanos, aquellas personas que mienten compulsivamente y enredan tanto su vida que lo único que tiene coherencia es el mundo fantasioso que han fabricado, en el cual viven, convencidos de que es su única verdad, no enfrentando la realidad infeliz de la cual se sienten obligados a huir. Muchos terminan creyendo, y viviendo, sus propias mentiras. Usualmente son personas con muy baja autoestima, a menudo con traumas familiares, que buscan sobresalir y recibir atención (que puede ir desde la admiración hasta la lástima) a base de la imagen falsa que proyectan hacia los demás. Son desenvueltos en la comunicación, logrando tener mucha credibilidad y aceptación, que es justamente lo que sostiene su mitomanía. Los episodios de mitomanía pueden ser cortos o largos, y en determinadas personas duran toda su vida. Muchas veces vienen acompañados de depresión y ansiedad, reacciones que pueden exacerbarse cuando la persona reflexiona sobre la irrealidad de su doble vida, sobre el perjuicio causado al engañar a su pareja, familia, amigos, y sobre las consecuencias que sufrirá al descubrirse su deshonestidad. Usualmente en este nivel se da cuenta de que necesita ayuda profesional.

El tratamiento psicológico recomendado es la terapia cognitivo conductual, orientada hacia rehacer su vida con base en valores que antes no tomaba en cuenta. Sobre todo al comienzo, a menudo es necesario que reciba medicación ansiolítica y antidepresiva para evitar crisis emocionales luego del enfrentamiento con la realidad. (O)

salmonlenin@yahoo.com

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