El arte de preguntar
Muchos estilos de liderazgo se sustentan en la persuasión, pero muy pocos líderes son capaces de realmente entender a las personas a su cargo y sintonizar con sus necesidades. Saber preguntar implica querer realmente ponerse en la posición del otro para entender a la persona, y no querer imponerle una manera de ver la realidad o una receta que parecería aplicar a cualquier persona. Hay asuntos que por su importancia y la necesidad de involucramiento de los equipos de trabajo necesitan mayor dedicación y esfuerzo para lograr la alineación y adhesión de todos los miembros. Para ello, el arte de preguntar es fundamental en la comunicación.
Detrás de cada pregunta puede haber una intencionalidad. A continuación describimos algunas distorsiones en la manera de preguntar: a) Querer confirmar lo que ya pensamos previamente de la otra persona; b) Ironía o escepticismo para descalificar de antemano la posición del otro; c) Suspicacia y desconfianza de las intenciones de los demás; d) Condicionar la conversación a la dirección que definimos de antemano sin abrirse a las inquietudes del otro.
Es de vital importancia entender el contexto en el que la otra persona se encuentra y percibir la disposición interior que tiene la persona antes de abordar temas complejos. Por ejemplo, hay que ser cuidadosos en contextos grupales donde haya otras personas cuando realizamos preguntas que tienen implicancias importantes para el otro.
Puede haber situaciones en que conviene callar, sobre todo cuando el otro está en un momento de agitación, confusión o irritabilidad. Muchas causas de conflicto se dan por reacciones impulsivas o pugnas de poder infructuosas.
Darse el tiempo y poner toda nuestra atención para entender la posición o preocupaciones de las personas a nuestro alrededor es muchas veces tedioso, pero es lo único que garantiza una adhesión consistente del otro. La persona ante la que estamos al frente es un misterio inagotable que no podemos abarcar, y por eso el arte de preguntar debe ayudarnos a introducirnos en la realidad del otro con reverencia y respeto, para poder sintonizar con lo que la otra persona vive y necesita. (O)
