¿Discusión o abuso verbal?

Por Lenín E. Salmon
13 de Agosto de 2017

Cuando existen dos o más opiniones sobre un determinado tema, analizarlas y discutirlas hasta llegar a un acuerdo es la forma más sana y eficaz de proteger la armonía en una relación. Lo anterior es particularmente importante en la vida de pareja, ya que no se espera que ambos miembros siempre coincidan en sus puntos de vista. La discusión puede ser tranquila, o enfática, hasta acalorada, de acuerdo con el temperamento de los protagonistas (que quieren, cada uno por su parte, lograr que su punto de vista prevalezca), pero el propósito final es solucionar el problema que la inició.

¿Pero qué sucede cuando el objetivo de un miembro de la pareja no es la solución de una discrepancia mediante el diálogo, sino afirmar su dominio y control sobre la otra persona? Este es el caso del abuso verbal, la utilización de lenguaje prepotente, ofensivo, intimidatorio, con la finalidad de crear temor, inseguridad y desconcierto en la persona más débil. Puede incluir gestos ofensivos, amenazas y actitudes menospreciantes; la víctima puede sentirse acusada, juzgada y castigada por situaciones que no entiende o están fuera de su control (como por qué ‘dejó’ que el niño se enfermara y fallara en los exámenes, o por qué cuando salen con amigos no actúa ‘inteligentemente’ y lo hace ‘quedar mal’). Su estado de indefensión puede constituir un acicate para el agresor, quien incrementará su ira en la medida en que su pareja no responda como él quiere. A menudo el abusivo busca un justificativo, diciéndole que ella lo ha malinterpretado por tener problemas internos, o que no le queda alternativa porque ella es inmadura y debe corregirla, o le niega en la cara, hasta convencerla, que la haya vejado. Muchas personas abusadas de esta manera terminan en un nivel tal de confusión psicológica que llegan a dudar de su sanidad mental.

El maltrato verbal puede convertirse en un formato de vida, convirtiendo a la familia en un grupo de personas infelices. El paso del tiempo hace que el abuso se arraigue, por esto es vital que se detecte lo más temprano posible y se busque ayuda profesional, como pareja y como individuos. La persona abusada debe también encontrar ayuda en familiares y amigos para fortalecer su racionalidad y recuperar su amor propio. (O)

salmonlenin@yahoo.com

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