Cerebro y drogas psicodélicas
Investigadores presentan resultados de sus estudios sobre el potencial terapéutico de estas sustancias.
La idea de que la depresión proviene de la química cerebral desequilibrada sigue siendo popular, pero estudios recientes han dado evidencia de que la depresión se manifiesta como cambios estructurales en los circuitos cerebrales o atrofia en partes del cerebro. Esto no significa que las neuronas mueran durante la depresión, sino que las neuritas se retraen. Las neuritas son las secciones de una neurona que se proyectan para cerrar la brecha entre dos neuronas en la sinapsis para facilitar la comunicación.
“Una de las características de la depresión es que las neuritas en la corteza prefrontal, una región clave del cerebro que regula la emoción, el estado de ánimo y la ansiedad, tienden a marchitarse”, dice David E. Olson, del Departamento de Bioquímica y Medicina Molecular en la Universidad de California. Estos cambios cerebrales también aparecen en la ansiedad, adicción y trastorno de estrés postraumático.
Un estudio publicado en junio por Olson y otros en la revista Cell Reports concluyó que las drogas psicodélicas pueden cambiar las células cerebrales, haciendo que las neuronas tengan más probabilidades de ramificarse y conectarse entre sí.
En su artículo, Olson y sus colegas probaron los psicodélicos de las clases de anfetaminas, triptamina y ergolina. Tanto en tubos de ensayo como en experimentos con vertebrados e invertebrados, los psicodélicos mostraron cambios funcionales y estructurales. Los psicodélicos aumentaron tanto la densidad de las espinas dendríticas como la densidad de las sinapsis, e incluso pudieron promover el crecimiento de las neuritas. Por esto, los autores presumen que probablemente tendrán los mismos efectos de crecimiento cerebral (plasticidad neuronal) en los humanos.
Beneficios y riesgos
El doctor Eduardo Santillán Sosa, neuropsiquiatra y neuropsicólogo, explica que los entusiastas partidarios de la investigación con las drogas psicodélicas expresan que producen un aumento del estado de ánimo, sensación de bienestar y sensibilidad emocional, que disminuye los niveles de ansiedad e incrementa positivamente la afectividad. Que incide en el funcionamiento de la amígdala y en el lóbulo frontal izquierdo, razón por la cual modera los estados de humor y ánimo exaltados y depresivos.
“Algunos investigadores sostienen que aumenta las concentraciones de oxitocina en la sangre, lo cual se ha asociado con sentimientos prosociales o de desinhibición social. Otros sostienen que al consumir estas drogas las redes neuronales se incrementan y extienden en sus conectores y ramificaciones”.
Pero también hay que considerar los peligros del consumo. Uno de ellos es “la fuerte experiencia psicológica al presentarse estados de alteración anímica, lo cual podría crear traumas; no se recomienda en personas con problemas psiquiátricos significativos porque podrían potenciarlos”.
El psicoterapeuta Sergio Paz expresa que en una afectación psicológica como depresión o ansiedad, además de la psicoterapia, que es fundamental para desarrollar pensamientos, emociones y conductas adaptativas, se requerirá la colaboración de fármacos que estabilicen la actividad cerebral y la segregación de los neurotransmisores. Sin embargo, recalca, estas condiciones no pueden abordarse al margen de la la psicoterapia.
El estudio de la Universidad de California, en fase experimental, “no posee información concluyente que haya sido validada en varios estudios ni claridad de los posibles riesgos y efectos secundarios que pueden provocar a las personas que se expongan al tratamiento”, dice Paz, y añade que puede ser considerado como una posible propuesta futura de tratamiento en el ámbito farmacológico, “pero habrá que profundizar mucho más en los resultados que dice aportar para la plasticidad cerebral, así como en los posibles riesgos que genera, antes de reconocerlo como válido”.
Advertencias sobre cannabis
Mientras tanto, el Departamento de Psiquiatría de la Oregon Health and Science University, en Portland, EE. UU., presentó resultados de una investigación reciente sobre el cannabis e instó a los médicos a estar familiarizados con lo relacionado a esta sustancia para que puedan aconsejar a los pacientes sobre los riesgos (el uso médico es legal en 30 estados y el recreativo, en 8).
El cannabis puede causar psicosis, deterioro del funcionamiento social y ocupacional, y puede crear riesgos de seguridad para las familias de los usuarios, señalan los investigadores.
Para proporcionar una asesoría adecuada, los médicos deben comprender los patrones de uso del paciente, incluyendo el tipo, la dosis y el método de administración del producto de cannabis.
“Notamos que nuestros pacientes estaban usando productos nuevos de cannabis de los que no sabíamos. Nos dimos cuenta de que muchos médicos, incluyéndonos, solo teníamos conocimientos básicos y anticuados”, dice el autor principal del estudio, el doctor Jeremy Peters.
Los médicos llevaron a cabo la revisión para educar a sus colegas, quienes deberían “iniciar la conversación con los pacientes, a pesar de que el tiempo de consulta suele ser limitado”, menciona Peters. (DPA, D. V.)
LA COMUNIDAD MÉDICA EN GUAYAQUIL
En Guayaquil, el Colegio de Médicos del Guayas y la Fundación Médica contra el Ruido, Ambientecontaminantes, Adicciones y Tabaquismo (Fumcoradt), se reunieron el pasado 26 de junio, Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas. Además de declarar las adicciones como problema prioritario de salud pública, acordaron pedir la derogatoria inmediata de la tabla de consumo mínimo, y que a través del nuevo Código de la Salud se cree una política de control y prevención.
También proponen la carnetización de los pacientes de adicciones, para que las microdosis terapéuticas sean administradas bajo prescripción y control médico, y la creación de la asignatura de Higiene, Biología y Salud Pública en los niveles de educación básica y de bachillerato. Además, piden que todos los programas técnicos de tratamiento, planificación y prevención de las adicciones sean dirigidos únicamente por profesionales médicos en conjunto con las sociedades científicas, y que en todas las unidades de salud haya un área de hospitalización y de consulta externa con personal especializado en adicciones.