Entrevistamos a Tommy Hilfiger en Nueva York

04 de Octubre de 2015
  • 50 modelos al agua: el espectacular lanzamiento de la moda Hilfiger para mujeres de la colección primavera - verano 2016.
  • El diseñador junto a Basil Charles y modelos durante el evento. Charles es propietario de Basil's, popular bar en la isla Mustique.
  • Tommy Hilfiger
  • En la playa, Tommy manda a ponerse accesorios y joyas hechas a mano y artesanalmente, con piedras naturales ¡nada más!
  • La onda playera vibra en los accesorios que acompañan a estas prendas, como en los zapatos deportivos con estampados tropicales y complementos tejidos.
  • El maquillaje de esta colección llama a una esencia natural que combina con la frescura isleña. Fue realizado por Pat McGrath. El look caribeño está completo con el cabello al natural y las trencitas tejidas de hilo.
  • Pero primero, ¡una selfie! El momento adecuado es antes de salir a la pasarela.
  • La pasarela para la colección primavera-verano 2016 de Tommy recuerda a su villa en la isla privada de Mustique, en las islas Granadinas. El set con un pequeño muelle y un bar elevado fue diseñado por Randall Peacock.
Carlos A. Ycaza desde Nueva York

Sentarse frente a un personaje que encarna una marca mundial puede poner nerviosos a unos. Pero con su sencillez, Tommy Hilfiger transmite una vibra lejana de la agresiva prisa neoyorquina.

Algunos viajes vienen de improviso y si el objetivo es conocer a una celebridad mundial, pues hay que moverse rápido, especialmente cuando la cita es en el marco del New York Fashion Week, un evento descomunal que invade algunos ambientes de la Gran Manzana durante diez días, con la participación de los nombres internacionales más destacados de una industria que mueve miles de millones de dólares.

Así me encontré en la tarde gris de un sábado septembrino entre la blancura resplandeciente y los pisos de concreto de los icónicos Hudson Studios, donde los top models, fotógrafos y diseñadores se mezclaban con la prensa mundial mientras preparaban las pasarelas que se someterían al flash mediático, a pocos días de la llegada del papa Francisco.

Tommy Hilfiger entra a una sala contigua al estudio donde las modelos se probaban lo que iban a lucir en el desfile del lunes. Sus pantalones rojos y el bléiser azul podrían salir de su etapa iniciática en la moda hace cuatro décadas, porque el hombre revela sus objetivos con la misma frescura juvenil de su atuendo: “No ha habido cambios radicales en mi ropa. Al principio, tenía mucho recelo que el público no la comprara, o –peor que eso– que no la usara. Además, pienso también que los cambios son costosos, siempre quise mantener diseños accesibles y sencillos”.

Nacido en Elmira, estado de Nueva York hace 64 años, sus primeras aventuras en el diseño se realizaron con amigos y socios hasta su traslado a Nueva York en los años setenta, tiempos donde la ciudad era un hervidero de expresiones artísticas y movimientos sociales que venían de todas las latitudes imaginables, incluyendo las divisiones políticas por la guerra de Vietnam y la bancarrota municipal de Nueva York. “Esos años nunca me han dejado. Esta ciudad fue una inspiración total desde entonces. Las artes, la música, Andy Warhol, Max Kansas City, el jazz, junto a un sentirte muy independiente y estar libre de todo convencionalismo”.

Influencias

Efervescentes experiencias citadinas pueden enmarcar y delinear preferencias. Para Tommy, el primer nombre que viene a su mente es el rockero Bruce Springsteen, el de ‘las calles de fuego’. “Sí, él es un hombre de la vereda con una música que no se va y que nos contagia valores, las cosas importantes de la vida”. Junto con personajes así, Hilfiger ha seguido la trayectoria de compañías como Coca-Cola o Estee Lauder, “empresas que son muy responsables con sus empleados y que respetan la sociedad que los recibe”, dice.

Eso nos lleva al tema del slow fashion, que en Ecuador ha sido enarbolado por María Susana Rivadeneira en el Designer Book:

“Esto del slow es muy importante porque es trabajar en la sustentabilidad de tu propia vida primero. De allí pasas a tu núcleo íntimo, tu familia. Y entonces lo asumes en tu trabajo, el cuidado de los materiales con que trabajas y de las personas que están contigo, incluyendo a las otras empresas con la que haces tu negocio”.

Después de varios años en los que Hilfiger estuvo en la hoguera de rumores infundados por falsas declaraciones racistas que significaron una contundente aparición en el show de Oprah Winfrey para desmentirlas, su estilo personal se mantuvo.

“Lo más importante es la perseverancia en el balance: por un lado, la sensibilidad a lo estéticamente viable y, por otro lado, la importancia de hacer bien lo comercial. Ese balance es la clave para mí".

Trópico y sueños

Tommy tiene una villa veraniega en la isla privada de Mustique, en las islas Granadinas, en el Caribe, desde hace más de 20 años. Allí va de cuatro a cinco veces al año por dos semanas junto con su esposa e hijos. El mayor tiene 29 años. Ese gusto por lo caribeño y lo tropical se ha intensificado en la colección que presentaría en el New York Fashion Week dos días después.

“Estoy muy orgulloso de poder desarrollar todo esto. Es el sueño de toda una vida que se convierte en realidad”. ¿Y cómo se puede sentir una persona que es una marca mundial? “Primero íbamos a hacer solo un producto para EE.UU., Canadá y después Europa, pero realmente fuimos primero a América Latina. Tuve la suerte de encontrar socios fantásticos en Panamá y luego también en México y América Central”.

A pesar de que advierte tiempos difíciles, su actitud es siempre asertiva, de confianza en el planeta que nos toca vivir y en la juventud que “ya nunca será la misma que yo viví en los setenta, por la tecnología y tantos cambios, pero lo importante para todos es tener bien claro lo que es primero: nunca caer en el acelere de las cosas rápidas y pasajeras. Confiar en los otros, trabajar para la paz mundial”. (I)

RAFAEL NADAL Y EL STRIP TENIS

Rafael Nadal en el evento strip tenis (i) y en la campaña (d).

“Siempre he admirado el estilo cool y auténticamente americano de Tommy Hilfiger”, dijo Rafael Nadal al prestarse para una multimillonaria campaña de ropa interior, donde su imagen en calzoncillos inundaba las calles, también en enormes marquesinas de Times Square y pantallas de televisión, incluidas las de los taxis.

La producción se hizo en España, pero el lanzamiento en Nueva York incluyó un divertido juego de strip tenis en una cancha de Bryant Park, donde Nadal jugó con modelos que se quedaban en ropa interior de Hilfiger. Rafael se limitó a quitarse la camisa, pero eso fue suficiente para que el público que abarrotaba el parque reaccionara como si estuviera viendo una escena de la película Magic Mike.

“Rafael ha sido un admirador de nuestra marca desde hace tiempo”, dijo Tommy. No se ha revelado el costo de la presencia del ganador de catorce Grand Slams en la estrategia publicitaria.

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