¿Por qué Cuenca?: Verdadero ‘boom’

Por Epicuro
11 de Mayo de 2014

Cuy asado, plato típico de Cuenca.“Uno de los mejores lugares del mundo para vivir, por su clima, su cultura, la amabilidad de la gente, costo de los productos frescos, patrimonio histórico y arquitectónico...”.

Hablando de aquella bella ciudad, Mariana Romero en uno de sus artículos escribe: “Uno vuelve siempre a los sitios donde ha sido feliz” y como todos tenemos recuerdos de la infancia relacionados con los sabores, Mariana evoca los dulces de las Conceptas. Al lado del monasterio de aquellas monjitas se halla El Suspiro, una dulcería que no solo atrae a visitantes locales, sino que exporta varias de sus especialidades: panes, galletas, espumillas, chocolates.

Inés Orellana durante años ha mantenido la fama de tan simpático lugar, alfajores, roscas de mantequilla, trufas de nuez, helados, cocadas de horno, quesadillas, enrollados de manjar, roscas de viento, quesitos. Creo que la calidad de los productos se debe a la frescura de sus ingredientes (frutas, leche, crema) y desde luego a la habilidad de las manos de quienes aquí trabajan desde hace tantos años. Me invitaron a presenciar la preparación de varios bocadillos de espléndido aspecto y mientras manejaba mi auto rumbo a Guayaquil iba picoteando una que otra de estas maravillas.

¿Por qué Cuenca? Desde que la revista International Living eligió a Cuenca como uno de los mejores lugares del mundo para vivir, por su clima, su cultura, la amabilidad de la gente, costo de los productos frescos, patrimonio histórico y arquitectónico se ha producido un boom y ya están viviendo allí como 5.500 extranjeros, en su mayoría gringos, franceses y alemanes. Han leído bien: cinco mil quinientos jubilados felices con una gasolina barata (en Francia el galón cuesta $ 6) y una vida tranquila en una ciudad amable, pintoresca.

Pero lo que más interesa a Epicuro es la calidad de la comida local. Visitar un mercado al aire libre es una fiesta para los ojos o para el olfato. La legumbre es atractiva, han logrado criar ganado que da una muy buena carne, la leche es sabrosa, abundan los restaurantes y puestos de comida al aire libre. La carretera que nos lleva desde Guayaquil a Cuenca, pasando por Puerto Inca y Molleturo, es impecable, así como las que van de Cuenca a Quito o a Loja (en este último caso encontré mucha neblina y se debe manejar con prudencia).

La gastronomía cuencana es fabulosa, aromas y sabores se unen para formar un ambiente grato, trátese de migas con chorizo y huevo, el morteruelo hecho a partir de codillo, hígado de cerdo, pechuga de gallina y especias, mote pillo con puerros y huevo batido, sancochos, asados, hornados, morochos, tortillas de maíz, llapingachos (lamento no comer el cuy por haber tenido varios como mascotas en mi infancia), fritadas, papas con cuero.

Recientemente, mi primer deseo al llegar al hotel fue saborear un locro con sus trozos de aguacate antes de ir a dormir. No conocía el mote pata con patitas de cerdo, pero sigo siendo fanático del caldo de patas de res hecho en mi casa con mote, garbanzos, zanahoria, cebollita picada y hierbitas. Bebidas como el rosero, la chicha de jora, el guarapo con unas gotas de limón no dejan de fascinarme.

Ciudades como Cuenca, Vilcabamba y Cotacachi son para mí los sitios ideales para quienes desean retirarse de la vida laboral y disfrutar de una vida plena con una comida sana, gastronomía atractiva. Les comentaré mi visita a restaurantes tan agradables como Tiestos y Villa Rosa. Cuenca es una ciudad amable lo que significa digna de ser amada.

epicuro44@gmail.com

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