Con buen despegue: Opción en Samborondón

Por Epicuro
14 de Agosto de 2016

“Creía que A la Mar era un lugar especializado en cangrejos, pero no es así aunque tengan diez opciones para degustar estos crustáceos”.

Rosa nautica, especialidad del restaurante A la Mar.

Lo que me impresionó al entrar un martes fue la presencia masiva de mujeres. Ya noté que existen sitios donde acuden grupos de amigas, muchas veces porque el lugar ofrece seguridad, de pronto porque quien atiende es una mujer. Puede ser el caso de Tuile, Il Buco, Mariscos azul, Sailor Coffee, entre otros. Luego viene la cuestión de los precios pues siempre recalcaré que en el futuro solo se salvarán quienes ofrezcan tarifas muy razonables y uno que otro sitio caro pero de primerísima calidad, prestigio reconocido.

Otro de los posibles problemas es el carácter volátil de la clientela. Un restaurante puede tener un fabuloso éxito en sus primeros meses y luego declinar, otros ni siquiera logran despegar y cierran pronto sin pena ni gloria. Aparentemente, sin que pueda imaginar la razón, ciertos centros comerciales no son propicios para el negocio de la restauración. Hemos visto desaparecer uno tras otro a aquellos que se instalaron en La Piazza Samborondón.

A la Mar puso su segundo restaurante en Plaza Navona. Tiene todas las posibilidades de tener éxito, un espléndida carta con impresionantes fotografías. El sitio tiene una decoración sobria, un bar muy acogedor, la carta tiene la buena idea de agrupar platos o cocteles con un precio uniformado. Así los 24 tipos de cocteles cuestan $ 7,99, unas sopas están en $ 7,90, sean de mariscos, de cangrejos, o el chupe (sopa de gustosa consistencia), los cebiches giran alrededor de $12,90.

Recomiendo el mixto pues trae a la vez un porción de camarones, otra de cangrejo y la tercera de conchas ($ 14,90).

Aun cuando pienso que un plato de pastas suele ser mejor en los restaurantes italianos, el plato de fettuccine con cangrejos es aquí sabroso, generosamente servido, ideal para gente de buen apetito ($ 17,90), así como la muy copiosa rosa náutica.

Creía que A la Mar era un lugar especializado en cangrejos, pero no es así aunque tengan diez opciones para degustar estos crustáceos. El precio depende de lo que ustedes decidan pedir, arranca en $ 5,87, pero puede subir hasta $ 34,90 si desean servirse los jumbos al ajillo o encocados. En A la Mar una rica opción es el cocolón con mariscos encocados y maduro glaseado ($ 13).

Administra el local Valeria Macías, de ancha sonrisa, gran amabilidad; atiende Galyerlis Olivero, alta, hermosa, culta, muy gentil anfitriona. Aquel día martes nos atendió Víctor Vera, de evidente formación hotelera, eso significa que estuvo atento a todos los detalles, desde la copa de agua, un conocimiento cabal de los platos ofrecidos, eventuales sugerencias. Un buen camarero tiene el ojo puesto en todas las mesas, no se nota ansioso por recibir una propina, acompaña a los clientes para despedirlos. El chef Edwin Mosquera tiene buena mano, conoce su oficio. A partir del 21 de agosto tendrán una promoción de piqueos por $ 25,90 con IVA incluido y un bufé dominical por $ 17,90.

En Plaza Navona, junto al restaurante, hay una muy amplia zona de estacionamiento. Está Charros y Churros, donde pronto iré a probar las flautas de pollo, las quesadillas y los burritos. En este mismo sector se encuentran Makani y Thai, que no parecen despegar mucho. ¿A qué más se debe además el éxito de A la Mar? Escogieron un lugar difícil y más aún su otra sucursal en La Piazza, pero la administración es buena y los precios dentro de lo normal. (O)

epicuro44@gmail.com

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