Cafeterías en hoteles: Oferta que gusta

Por Epicuro
12 de Febrero de 2017

“En Guayaquil tenemos la suerte de contar con unos hoteles prestigiosos que ofrecen distintas opciones gastronómicas”.

Les habrá sucedido registrarse en un hotel y preguntar: “¿Dónde está el mejor restaurante cercano?”. Ciertos establecimientos tienen a veces el mejor sitio de buen comer o uno de los mejores.

Durante el Mundial de Fútbol de 1998, en Francia, tuve la oportunidad de almorzar en L’Espadon (Hotel Ritz). Me asombró el lujo de la decoración, me fascinó la exquisitez de cada plato, al final me impactó severamente el monto de la cuenta, pero en fin recordé que aquí estuvo oficiando el chef y fundador Augusto Escoffier, se hospedó Lady D., el día que iba a morir; se cuenta que expulsaron de allí a Ava Gardner por sus excentricidades con el alcohol y el sexo, Frank Sinatra exigía un piano de cola blanco en su habitación, cada suite podría contar miles de historias o chismes calientitos del jet set.

Aun hoy, L’Espadon sigue siendo el restaurante donde llegan quienes buscan lo mejor a cualquier precio, puede ser simplemente un estofado de langosta con toques de salvia y cebollas caramelizadas, nada barroco, solo un guiño de ojo los viejos tiempos, pero una cena llega fácilmente a costar quinientos o setecientos dólares por cabeza.

Escoffier exigía que sus huéspedes llegasen vestidos de gala. Si bien es cierto que somos ahora más flexibles, hay lugares de buen comer donde no se puede llegar en short. Escoffier nos ha dejado muchos platos clásicos como los duraznos Melba o los tournedós Rossini.

En Guayaquil tenemos la suerte de contar con unos hoteles prestigiosos que ofrecen distintas opciones gastronómicas. El Hilton Colón propone cortes de carne tejana en Vereda Tropical, un ambiente informal y cálido en Sal y Pimienta, un excelente bufé en el Café Colón, el restaurante más formal Portofino, el Kioto Sushi Bar. El Hotel Oro Verde Guayaquil no se queda atrás, pues Le Gourmet mantiene incólume su excelencia, la cafetería El Patio es muy concurrida, igualmente el Gourmet Deli, La Fondue recibe a quienes buscan aquel toque suizo. Se puede encontrar la misma excelencia en todos los hoteles de esta cadena: Oro Verde en Cuenca, Manta, Machala, con un denominador común de perfección.

El Hotel Continental guarda su fama en El Fortín, mientras La Canoa lleva 43 años de risueña existencia. El Hotel Wyndham, por su ubicación privilegiada, nos permite almorzar, cenar, o simplemente saborear una taza de café al pie mismo del río Guayas. El Sheraton propone su restaurante La Fuente, otro sitio ameno y de cómodo horario llamado Cooks, más una cafetería. Recientemente se inauguró el Hotel del Parque en el Centro Histórico, se lo puede catalogar ya como el más lujoso de todos los establecimientos locales.

El Hotel Holiday Inn tiene una cafetería que tiende a ser un microrrestaurante, pero no busquen allí platos gourmet, es para comer al paso. Llegan muchos hombre de negocios al pie del aeropuerto. Conveniente puede resultar para las azafatas de las diversas compañías. Tiene precios bastante cómodos.

Lo interesante de las grandes cadenas es la formación hotelera que recibe el personal, aquella suma de detalles que tanta falta hace en otros establecimientos. Esta formación busca la perfección, lo que explica el éxito que puede tener un hotel como el Alvear Palace en Buenos Aires.

Escoffier sabía que la vieja escuela hotelera nunca perdería su prestigio por más que se hablase de la cocina molecular. (O)

epicuro44@gmail.com

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