Ella puede hacernos brillar

01 de Septiembre de 2013

“Hoy, ni oro ni plata; vivimos en tiempos de plomo”, escribió José Saramago  sobre la justicia. Pero, según Mariquita Noboa, hoy corremos el riesgo de replicar esa máxima en el terreno de la cortesía.

Abrir la puerta a una dama “puede abrir puertas inimaginables. No se trata de ser ‘zalamero’ y mucho menos adulador o manipulador. La clave de las buenas maneras está en el respeto, en el respeto personal –que se manifiesta primero en el vestir– y en el respeto que se proyecta hacia los demás”.

Son palabras de la periodista guayaquileña Mariquita Noboa de Bonilla, experta en modales que el próximo domingo debutará con una columna semanal sobre esta importante temática en La Revista.

Ella se siente afortunada de dedicar sus conocimientos al noble propósito de ayudar a las personas a pulir su comportamiento, para así lograr un brillo tan positivo en imagen  que les permita destacarse en cualquier terreno, tiempo o situación.

“Hoy que vivimos la era de la comunicación visual parecería que nos estamos olvidando de algo tan sustancial como el respeto a los mayores o la cordialidad entre compañeros de labores. ¿Quiere usted tener una imagen favorable? La computadora no es precisamente el mejor medio para obtenerla. La esencia está en una buena práctica social, independientemente del ámbito en el que se desempeñe. Los seres humanos somos seres sociables, tenemos el privilegio de la palabra”, señala.

Los ecuatorianos debemos ser portadores de una comunicación constructiva, de un mensaje orientador, positivo, para así estar en la línea de las palabras de “oro y plata”, como decía Saramago, agrega Mariquita, quien también es profesora de gastronomía.

Actitudes cotidianas

¿Cómo darle una lustrada a nuestro comportamiento? Para lograrlo, resulta necesario comenzar tomando tal decisión con firme compromiso, ya que resulta muy fácil extraviarse o renunciar a tal camino. Esto es porque generalmente ponemos tal propósito en la lista de pendientes que, aunque importantes, vemos como nada urgentes.

La primera regla es muy conocida, pero poco aplicada: No hagas a otro lo que no deseas que te hagan a ti. “Si usted no quiere recibir basura en la vereda de su casa, no tiene por qué ir a ponerla en la de su vecino”, recomienda Mariquita, quien observa en todos los niveles de cortesía un denominador común: el respeto.

“Si respetamos el espacio de nuestros congéneres, nos estamos respetando a nosotros también. Hay una expresión que hoy recorre el mundo y pertenece al ilustre Benito Juárez: ‘El respeto al derecho ajeno es la paz’”, comenta.

Una palabra tan sencilla (respeto) tiene infinidad de aplicaciones. “Las diversas vertientes van desde la urbanidad a nivel doméstico, es decir, las normas de respeto que debemos observar en la diaria convivencia, pasando por la cortesía social, el protocolo empresarial y corporativo y, desde luego, las reglas que deben aplicarse en el ámbito protocolario, que lejos de ser una serie de normas pesadas o incomprensibles, más bien nos permiten un desenvolvimiento mucho más ligero y acorde con la labor desarrollada, como en el ámbito diplomático o eclesial”.

Mariquita prevé aprovechar su columna en La Revista para darle un especial tratamiento a cuestiones cercanas a la rutina de las personas, situaciones que a menudo le preguntan con curiosidad sus alumnos, colegas, amigos y familiares.

Tales interrogantes abordan “desde cómo utilizar los cubiertos, cómo tomar la copa para beber vino, el tema de los regalos es siempre recurrente y, por supuesto, la forma de responder a la correspondencia, hoy electrónica. Son muchas las interrogantes y muchos los deseos de conocer cómo se puede mejorar en las relaciones interpersonales. Lo que más nos satisface es comprobar que los jóvenes están vivamente interesados en recibir orientación al respecto”.

Tal guía nos permitirá brillar como el oro y la plata. Y si nos empeñamos más, sin duda podremos descubrir aquel diamante invaluable que todos llevamos dentro.

 

Nuestra nueva columnista

Mariquita Noboa de Bonilla es periodista especializada en gastronomía e instructora de etiqueta, imagen y protocolo. Tiene dos hijos, María Cristina y Óscar Ricardo. Está casada con el médico psiquiatra Óscar Bonilla León.

Ha recibido reconocimientos de entidades periodísticas, como Mujer del Año, Mejor conductora de televisión, Al Mérito Periodístico.

Desarrolla e imparte seminarios y organiza eventos de gran magnitud. Su labor docente se cuenta en diversas entidades educativas del país.

 

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