Amazonas al galope

15 de Septiembre de 2013
Vicente López, especial para La Revista

Las yoquetas de Brasil, Argentina, Chile, Perú, Estados Unidos y Ecuador como un ventarrón de ilusiones pasaron por el hipódromo Buijo y con sus triunfos dejaron una aureola inolvidable a los fans de la hípica en Guayaquil.

Parece no haber rastros en la historia sobre la existencia de las amazonas. La leyenda cuenta que estas habitaban en el norte de la Europa milenaria, pero su sola mención es sinónimo de valor, fuerza y destreza sobre un caballo de carreras.

Recuerdan que el inmortal de la fusta Irineo Leguisamo, al ver que las yoquetas buscaban un lugar entre los hombres en esta profesión aparentemente exclusiva para caballeros, un día a manera de disculpa con su rápido verbo gaucho manifestaba: “Nunca había pensado que una mujer podía lucirse en esta actividad, pero debo confesar que me equivoqué”.

No obstante, miles de seguidores del turf en Guayaquil no se arrepintieron la tarde del 25 de agosto pasado y vivieron el gran espectáculo que cinco de las mejores yoquetas de esta parte del continente mostraron al imponer sus huellas en las pistas calcinadas del hipódromo Miguel Salem Dibo de Guayaquil. Por primera vez el hipismo ecuatoriano se arriesgaba el todo por el todo al presentar en el coso samborondeño el Primer Campeonato de Yoquetas, bajo el auspicio de la empresa Nature’s Garden de Carlos Valarezo Guzmán.

Chicas de EE.UU. (Ashley Yodice), Perú (Ana Sánchez), Argentina (Florencia Peñalva), Chile (Anita Aedo), Brasil (Jaqueline Cabral) y la representante tricolor María José Jaime, fueron huéspedes en nuestro país, donde por 48 horas derrocharon, belleza y simpatía en los distintos lugares que estuvieron, ganándose sobre todo el corazón de los hípicos ecuatorianos.

Primer evento

Siendo este evento el primero en la historia de la hípica ecuatoriana, tuvo todo el apoyo del público que vibró con cada una de las presentaciones de las yoquetas, quienes encantaron y deleitaron en una tarde apoteósica, porque las féminas mostraron entrega y capacidad para la conducción del llamado purasangre de carreras.

Los colores de las banderas de seis países flamearon frente a la tribuna, y Florencia, Jaqueline, Ashley, Anita, María José y Ana sintetizaron en un abrazo la hermandad sentida en medio del aplauso de los aficionados, quienes a cada momento les solicitaban un instante para tomarse con ellas una foto para el recuerdo. Junto a la esforzada labor de María Eugenia López, que de organizadora del evento pasó a ser su mánager y las llevó a conocer hermosos sitios turísticos de nuestra ciudad, estas damitas se presentaron en lo mejor de sus formas para dar al público un suceso que trascendió al exterior en notas de prensa de sus países y en las redes sociales.

Tras la huella de Marina Lezcano

Ahí estaban Anita Aedo, la de más experiencia, ganadora de 150 carreras en su Chile natal; Ashley Yodice, la norteamericana que se alzó con la Copa del campeonato y que tiene una nena de apenas 7 meses, retornaba a su profesión que la forjó en los hipódromos de Laurel Park, Saratoga y Calder. La peruana Ana Sánchez, asidua corredora en el hipódromo de Monterrico. Y la brasileña Jaqueline Cabral, que galopa en Cidade Jardim y la Gavea. Y las más jóvenes como la encantadora Florencia Peñalva, que pintaba más como modelo, pero que llevó un segundo lugar con sabor a triunfo en el torneo, y por último, nuestra yoqueta María José, que es la única de esta profesión en Ecuador.

Dato

Las yoquetas participantes fueron huéspedes durante 48 horas en Ecuador

Todas iban tras un sueño, tras la huella de Marina Lezcano, una leyenda en Argentina, considerada además una de las mejores yoquetas del mundo, ganadora en el Pellegrini, y que en 1978 conquistó la cuádruple corona con el caballo Telescópico, logrando superar la marca de Leguisamo y Vilmar Sanguinetti. Marina es llamada la Muñeca de Oro y mereció que un compositor le dedicara un tango con ese nombre.

El carisma de la argentina

Florencia, del país gaucho, con sus 20 años fue la más carismática. Ella hablaba de su joven historia y su feeling con los caballos. Entró hace dos años a la Escuela de Aprendices de Jockeys de San Isidro y como ganadora en provincias por los cosos de Concordia Santa Fe y Azul. Desde ese tiempo los pingos son su vida y su tiempo. Cuenta con el apoyo de su familia que son sus fans más fervientes a la hora montar un purasangre.

Llegó el domingo y bajo un sol esplendoroso, con el hipódromo lleno, las amazonas no defraudaron.

Finalmente, Ashley Yodice triunfó en el torneo. La estadounidense mostró un fino modo en la conducción, manejando con arte la fusta llevó al disco de victoria a Locatelli sobre 1.300 metros en un duelo con la argentina Peñalva, que montaba a Aniceto.

La gringa, como la llamaban, volvió a ganar en la segunda válida, esta vez con la yegua Amante Mía. Mientras que en la final de la serie, en un telón vibrante con la araucana Anita Aedo, la albiceleste Florencia se llevó el lauro final con Aziático. El público les correspondió con besos y halagos, sin duda fue una tarde en que la mujer mostró que sus recursos son notables en una de las más duras profesiones.

Así terminó la jornada, aquella que quedó para memoria de los hípicos de toda la vida, el día cedió paso a la noche y estas muchachas regresaron a su tierra. A seguir haciendo lo de antes, lo de siempre, desde la mañana, antes de que despunte el alba, se pondrán las botas para hacer eso que les cambió el curso de sus vidas pero que les llena el alma, estar sobre los lomos de un fino de carreras, evocando como lo que antaño los hípicos más viejos cantaban: Alzan las cinchas, partes los pingos.

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