Marcelo y Erik Grunberg

01 de Abril de 2012

‘Yo creo que la publicidad puede cambiar al mundo… para bien o para mal’

 

Defina una buena campaña publicitaria en seis palabras.

Si no es noticia, no existe.

¿Es radio Bemba un medio efectivo para el posicionamiento de un producto o servicio?
Solo cuando ocurre boca a boca y cara a cara.

¿Cuál ha sido su cliente más insufrible?
El anterior, el actual y el próximo. Claro que es recíproco.

En el 2004, usted publicó en EL UNIVERSO un aviso de un cuarto de página para pedir la mano de su novia. Si se divorciara, ¿contrataría similar anuncio para informar la disolución de su matrimonio?
Suficiente me costaría el divorcio como para gastar más publicitándolo.

En esa onda publicitaria, me imagino que ya tiene preparado el cuarto de página invitando a su sepelio.
Por supuesto. Recorte esta página, preséntela en mi sepelio y considérese invitado.

Alguien dijo: “Anda siempre sucio y despeinado y te creerán un genio”. Y yo le pregunto: ¿será por esto que ciertos creativos publicitarios se visten estrafalariamente, sus cuerpos tatuados, luciendo frondosas melenas con moños y en ocasiones de viaje en nube propia?
Parece que usted ha confundido la profesión publicitaria con los dignos miembros de la Sur Oscura, la Boca del Pozo y la penitenciaría del Litoral.

¿Es verdad que el único matrimonio que hace feliz a un hombre es el de sus hijas?
Sin duda alguna… pero tanta o más alegría produce el matrimonio de una exesposa.

¿Hay algo más dramático y emocionante que la lectura de un testamento?
Nada más emocionante que cuando uno es el único beneficiario.

¿Qué es la inteligencia: gracia para hablar bien o juicio para saber callar?
La inteligencia es un gen esquivo que cuando se lo tiene, da por meditar y callar; y cuando no, por atolondrarse
e insultar.

¿La creatividad publicitaria se desgasta con el tiempo, como los calzoncillos?
Ambos deben cambiarse con frecuencia porque, de lo contrario, apestan.

Se dice que los límites de la publicidad son: al norte, la explotación de la mujer; al sur, la distorsión de la verdad, al este, la inducción al consumismo; y al oeste, la idealización de lo aspiracional. ¿Sí o no?
Personalmente, creo que la publicidad no tiene límites.

¿Es la experiencia el nombre que le damos a nuestros errores?
Yo le llamo experiencia a la vida, mientras que a mis errores los denomino cagadas.

¿FC Barcelona o Real Madrid?
Para mí solamente existe el Barça y eso que soy madrileño.

¿Por qué España anda muy bien en fútbol y tan mal en su economía?
Porque en fútbol somos campeones mundiales; y en economía, ni al repechaje. 

¿El hombre que se enamora de una mujer mayor que él, es un arqueólogo?
Es un hombre cuyo amor no tiene precio… pero para todo lo demás existe MasterCard.

Juan Legido y los Churumbeles de España cantaban “La española cuando besa, es que besa de verdad…”.  Según usted, cuando la ecuatoriana besa, es que besa de qué.
‘¡Beeesa’ nota!

¿Qué quisiera que escriban en su epitafio?
Aquí yace Erik sin c. Exigió +RESPETO, escribió un himno a la humanidad y comprobó que el cliente no siempre tiene la razón.

¿Cuál será su alegato en el día del Juicio final?
Me faltó tiempo, capacidad y humildad para ser mejor hijo, esposo y padre.

¿Qué piensa hacer después de muerto?
Evitar por todos los medios volver a morir.

Hágase una pregunta y contéstela.
¿Puede la publicidad cambiar el mundo? Sí, para bien o para mal.

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