En casa de Víctor Hugo

05 de Julio de 2015
EFE

Coloso literario y amante turbulento, Víctor Hugo vivió y escribió en la muy parisiense Plaza de los Vosgos durante 16 años, un apartamento en el barrio del Marais que estos días reabre sus puertas al público.

Es esa figura que no se agota nunca, que encabeza el ilustre Panteón republicano y que, hace apenas un año, se impuso en el bullicio de Twitter con el hashtag #FuckHugo, la reacción de unos escolares reticentes a revisar las obras del prohombre para acceder a la universidad. En Francia, Hugo está por todas partes. “Los franceses mantienen un vínculo complejo con su legado, a veces quizá de hartazgo o indiferencia, pero el caso es que sus textos permanecen muy vivos, muy presentes”, corrobora el director de la Casa-Museo de Víctor Hugo, Gérard Audinet, quien ha supervisado la renovación del edificio.

Al margen de la escritura, el autor de Los Miserables fue un político controvertido, un dibujante de talento y un amante pluriempleado que alimentaba cierta vocación por la decoración de interiores, una pasión algo más prosaica que desplegó en el número 6 de la Plaza de los Vosgos.

Aquel Hugo había dejado atrás la miseria, vendía todo lo que firmaba y acabó transformando los cerca de 280 metros cuadrados de la vivienda en un particular gabinete de curiosidades donde recibía a la sociedad de la época, hasta que el golpe de Estado de Luis Napoleón Bonaparte lo condenó al exilio.

Para entonces, el novelista había logrado rediseñar el mobiliario, revestir los muros de grabados a su gusto y diseñar un pasadizo entre su cuarto y una calle adyacente para facilitar el tránsito de amantes ante el estupor de “madame Hugo”. “No compartían el mismo temperamento”, precisa Audinet.

Rescatado por la ciudad en 1902 al poco de la muerte del escritor, el edificio funciona hoy como un templo dedicado a su obra repleto de escolares que siguen las explicaciones de los historiadores. (I)

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