Rap y lecciones de negocios

22 de Abril de 2012
CLAIRE CAIN MILLER (The New York Times)

En EE.UU., el ejecutivo Ben Horowitz ha dedicado gran parte de su vida a la tecnología y explica que las letras de las canciones del rap ayudan a cerrar tratos económicos.

Silicon Valley, donde ingenieros con pantalones de caqui escriben códigos de programas informáticos, podrían tener mucho que ver, aunque no a primera vista, con el mundo de la música rap, en la cual artistas con pantalones holgados y caídos escriben letras irreverentes.

Sin embargo, Ben Horowitz, un inversionista de capital de riesgo, dice que el rap contiene un tesoro de lecciones para emprendedores en tecnología. Lancen las lecciones y los libros de negocios por la ventana, dice Horowitz, y mejor escuchen letras de rap.

Aplica su teoría en su blog, donde atrae a lectores seguidores y otros ejecutivos ofreciendo lecciones de negocios, casi todas precedidas por una canción de rap que resume una moraleja, con grabaciones de Grooveshark, el sitio de música. En el proceso vinculó dos culturas en Silicon Valley, al cual no se conoce precisamente por su diversidad racial o cultural.

Los emprendedores podrían hacer bien en escuchar el consejo de Horowitz. Comenzó Andreessen Horowitz, la firma de capital de riesgo, con Marc Andreessen, el cofundador de Netscape, e invirtió grandes cantidades de dinero en compañías como Groupon y Skype, y tiene posibilidades de ganar más en la oferta pública inicial de Facebook. A fines de enero, la firma anunció que había recaudado su tercer fondo en tres años, de 1.500 millones de dólares en capital fresco, una cantidad enorme aun para Silicon Valley.

Los dos hombres iniciaron previamente Opsware, una compañía de programas informáticos para centros de datos, y se la vendió a Hewlett Packard en el 2007. Horowitz usa rap como introducción para filosofar sobre los desafíos empresariales, por ejemplo, cómo despedir a ejecutivos, por qué los fundadores administran mejor sus compañías que directores ejecutivos externos, y cómo enfrentarse a miembros difíciles del consejo de administración.

“Todos los libros de administración parecen algo así: ‘Así se establecen objetivos, así se elabora un organigrama’, pero todo eso es la parte fácil de la administración”, dijo Horowitz en una entrevista en su espaciosa oficina aquí, en Sand Hill Road, el epicentro de la inversión tecnológica. “La parte difícil es cómo te sientes. El rap me ayuda a conectarme emocionalmente”.

Mensajes del rap

Cómo lidiar, por ejemplo, con la tensión del contratiempo por una auditoría de once horas, ya muy entrada la noche, que casi frustra la venta de Opsware en $ 1.600 millones. Hay que escuchar la canción de Kanye West, Stronger: “Ahora que eso no me mató/ Solo me puede hacer más fuerte/Necesito que te apresures ahora/Porque no puedo esperar demasiado/Sé que tengo que tener razón ahora/Porque no puedo estar más equivocado”.

Gran parte del rap se trata del negocio, ya sea del de drogas, la industria de la música o la ética laboral, expresó Adam Bradley, profesor adjunto, especializado en literatura afro-estadounidense en la Universidad de Colorado en Boulder, quien escribió Book of Rhymes: The Poetics of Hip Hop y coeditó The Anthology of Rap.

“Proviene del hecho de que el rap es un modo tan directo de expresión, quizá hasta más que cualquier letra musical, debido al énfasis en el lenguaje, de las palabras por encima de la melodía o la armonía”, explicó Bradley.

La gente cree que las canciones de rap solo son sobre dinero, mujeres, estatus y cocaína, comentó, pero temas más penetrantes son el liderazgo, la colaboración y la vulnerabilidad debajo de la fanfarronería; todo ello relevante en los negocios.

Horowitz señaló que hizo ese descubrimiento a principios de los ochenta, cuando lo introdujeron al rap como uno de los pocos jugadores blancos en el equipo de fútbol americano del bachillerato, Berkeley High School. Empezó a usar letras de canciones para argumentar cuando se convirtió en director ejecutivo.

Hace poco, por ejemplo, uno de los emprendedores a los que Andreessen Horowitz financió, chocó con un despreciativo miembro del consejo de administración. Horowitz le dijo al ejecutivo que era demasiado deferente y necesitaba mostrar fortaleza. Contó que le mandó Scream on Em, una canción de rap de The Game, por su letra “superagresiva, tan agresiva que nada se puede publicar en un periódico para la familia”.

“No podría haber explicado bastante bien de qué estaba hablando, pero llamó y dijo: He escuchado esa canción todos los días y todo está mejor”, contó Horowitz.

Cuando explicó en su blog por qué su firma de capital de riesgo prefiere a los directores ejecutivos fundadores a diferencia de los contratados para administrar compañías, tuvo problemas para explicar una de las razones más sutiles: a la gente le importa más algo que comenzó, mientras que a alguien de fuera le importa más el dinero.

Dos culturas

Tiene una respuesta simple para quienes dicen que Silicon Valley está en medio de otra burbuja, incluidos los que critican que las enormes inversiones de su firma han jugado un papel en inflar la burbuja. Es la canción de LL Cool J, Going Back to Cali: “Me voy a regresar a Cali. hmm, creo que no”.

“Se trata, absolutamente, de la forma en la que lo dice – Hmm, creo que no–, que es cómo me sentí con lo que se decía de la burbuja”, señaló Horowitz.

El uso del rap que hace Horowitz conecta a dos culturas raramente vinculadas. Los afroestadounidenses solo tienen 6,7% de los empleos en informática, según la Oficina de Estadísticas del Trabajo de EE.UU., y su representación entre los emprendedores en Silicon Valley es todavía menor.

El año pasado, los artículos de Horowitz lo llevaron a presentarse ante el Caucus Negro Congresal. Habló sobre cómo internet reúne a culturas diferentes y del papel que han tenido los afroestadounidenses en los medios sociales y tecnologías móviles.

Silicon Valley “puede dejar a muchas personas fuera, pero mirando hacia dentro”, dijo Jason Lee, un seguidor del blog, que ayudó a organizar el panel y es hijo de Sheila Jackson, representante demócrata por Texas e integrante del Caucus.

“El hecho de que comience con una letra hip hop relevante, contextualiza de inmediato el discurso en algo conocido y accesible para las personas de una amplia variedad de experiencias”, indicó Lee. “En la medida en la que más personas lean su blog, se identifican con sus artículos y se puedan colocar en las situaciones que él describe, creo que serán más las que sentirán que Silicon Valley tiene un lugar para ellas también”.

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