Isabel Romero y Mick Warwick: Líderes de Mingas por el mar

14 de Febrero de 2016
  • La pareja se encarga de pesar la basura. Aquí en Montañita.
  • Isabel Romero y Mick Warwick en Salinas. Ellos ejecutaron en diciembre y enero la campaña de limpieza Mingas por el mar.
  • Mingas por el mar dejó murales hechos con plástico reciclado por el artista Luis Gustavo Viteri (i) en Montañita (foto), Ayampe y Engabao.
  • Isabel con pequeñas alfombras que elaboran con tapas de plástico.

Esta pareja tiene un gran compromiso con la naturaleza, la cual buscan proteger a través de la campaña de limpieza de playas Mingas por el mar. También la han convertido en su hogar como residentes de un velero que navega por el mundo.

Los primeros capítulos de la historia de amor de la guayaquileña Isabel Romero y del australiano Michael (Mick) Warwick están felizmente amarraditos a una serie de curiosas coincidencias.

Esta periodista profesional se había mudado a la ciudad de Gold Coast, en Australia, para cursar una maestría en turismo internacional. Pero no se conocieron en el país natal de su ahora esposo. “Nos conocimos en Hawái, en el 2008. Yo había ido de vacaciones; él también. Y coincidimos en alojarnos en unas cabañas para mochileros. Formamos allí un grupo de viajeros que conversábamos entre nosotros”, indica Isabel.

En esas conversaciones, ella comentó que era ecuatoriana y que vivía en Australia. “Yo soy de Australia”, le dijo Mick; “y también he viajado al Ecuador”. Es más, “I think I remenber your face” (creo que recuerdo tu cara), le dijo Mick a ella. 

Era cierto. En el 2002, él había pasado por Montañita y se había servido una cerveza en un bar. Ese bar era propiedad de Isabel. ¡Y Mick la recordaba!

Un año después de verse en Hawái, se reencontraron en Australia. Y comenzaron un romance que derivó en su matrimonio, el 20 de abril del 2013.

Pasión compartida

Esa unión se debe también a otras coincidencias de la pareja: ambos aman el océano, tenían el sueño de viajar en un velero y sentían la necesidad de “hacer algo” para ayudar a proteger la naturaleza marina.

Así comenzaron a cumplir, juntos, con sus aspiraciones. “En el 2013 vendimos todo y decidimos viajar por el mundo”, dice Isabel, quien era profesora de primaria. Mick tenía su empresa de plomería.

Para ello compraron un velero de segunda mano en las Islas Vírgenes Británicas (Caribe). El barco se llama Ondular, el cual ha pasado los últimos tres meses en Salinas.

Pero en los dos últimos años, esa nave los ha llevado a viajes que los han ayudado a identificar un problema que han convertido en parte de sus vidas: la basura en las playas.

Sentado en la cubierta del velero, Mick, de 39 años, comenta que en Australia es común que los amigos se reúnan para recoger la basura de las playas, ya que la cultura de esos habitantes promueve la conservación de balnearios totalmente limpios.

Pero en América Latina notaron que el problema de la basura era muy grave, sobre todo porque no había conciencia ciudadana.

“En el 2014 pasamos varios meses en Ecuador, y llegamos a Ayampe (sur de Manabí). Había demasiada basura, e incluso encontramos una gaviota enredada en una red de pescar. La rescatamos, pero también decidimos que debíamos hacer algo”, comenta Isabel, de 36 años, quien comenzó a reunir amigos para esa naciente iniciativa ecológica.

Los resultados de las mingas

En diciembre y enero, esta pareja lideró seis jornadas de recolección de basura. Isabel comparte los resultados de esos trabajos, todos cumplidos en días sábado.

Valdivia (5 de diciembre). Hubo mucho apoyo de la comunidad y del acuario local, gracias al líder comunitario Javier Suárez. Trabajaron también con 20 voluntarios de Alemania y gente de Guayaquil. Recogieron 187 kilos de plástico y vidrio.

Monteverde (2 de enero). Hubo poca gente, solo unos 20 voluntarios, quizás debido al feriado de Año Nuevo. Pocas personas de la comunidad obtuvieron la mayor cantidad de basura en un sector pequeño, en comparación con las otras mingas. También fue la jornada más agotadora. Recogieron 238 kilos de basura.

Engabao (9 de enero). Fue la minga con mayor cobertura mediática, con talentos de pantalla. Incluso fue el ministro de Turismo, Fernando Alvarado. Hubo mucha gente de Guayaquil y la comunidad. Minga masiva con un centenar de voluntarios. Sacaron 434 kilos de basura de la playa.

Mar Bravo (16 de enero). Esta playa del balneario de Salinas fue escenario de una de las mejores mingas, dice Isabel, debido a la gran unión mostrada por todos los voluntarios. Los 80 participantes se quedaron hasta el final para ayudar; hubo mucha gente de Guayaquil, que llegó motivada por una campaña en Facebook. Recolectaron 499 kilos de desperdicios.

Montañita (23 de enero). Mucho apoyo de la Asociación de Vendedores Ambulantes y de otros grupos de la comunidad. Aunque faltó algo de organización, porque muchos voluntarios no separaron la basura para reciclar. Sin embargo, hubo mucho empeño de los participantes para corregir luego ese error. 80 participantes, incluidos una veintena de turistas. 383 kilos de basura de ese balneario.

Ayampe (30 de enero). Hubo mucho apoyo de la comunidad. “Todo el mundo salió a limpiar. Turistas y residentes”, indica Isabel, quien observó mucha basura plástica y poco vidrio. También hubo basura que la marea deja en la playa. Basura recogida: 246,5 kilos.

Mingas por el mar

Así nacía la campaña Mingas por el mar, que recientemente ejecutó seis jornadas en las playas de Valdivia (5 de diciembre), Monteverde (2 de enero), Engabao (9 de enero), Mar Bravo (16 de enero), Montañita (23 de enero) y Ayampe (30 de enero). 

Isabel comenta que tanta basura se debe a la falta de tachos de desperdicios en los balnearios, falta de cultura de la gente, un débil sistema de recolección de desperdicios y poca conciencia de la importancia del reciclaje.

“En Australia, el reciclaje es un negocio muy productivo”, señala Mick, quien en esas mingas solicitó recoger la basura en dos fundas: una para los desechos reciclables (plástico y vidrio mayormente) y otra para aquellos que no cumplen con esa condición (como vasos de plástico, tarrinas y sorbetes).

Pero también observaron un problema en el manejo del vidrio: no resulta negocio para los pequeños recicladores, ya que reciben solo 2 centavos por cada kilogramo. Mientras que por el plástico se paga 25 centavos el kilo.

“Hace falta incentivar el reciclaje de vidrio. Las empresas de reciclaje de Santa Elena no lo quisieron comprar, así que nos tocaba llevarlo a Guayaquil para venderlo en las recicladoras de allá”, indica Isabel, quien para las jornadas de Mingas por el mar contó con el apoyo del Ministerio de Turismo.

Aunque la mayor ayuda que sintieron Isabel y Mick llegó de la gente, pobladores y turistas. “Las mingas se hacían cada vez más populares; llegaba más gente”. Eso muestra que las personas toman conciencia”, comenta Isabel.

Después de tres meses teniendo a Salinas como su centro de operaciones, ella y su esposo planean zarpar mañana rumbo a las islas Galápagos, para descansar dos meses allí, y luego hacia las islas de la Polinesia Francesa, en donde quizás residan por tres meses, ya que es un gran destino de surf, el deporte favorito de ambos. “Esa es nuestra ruta para regresar a Australia y trabajar, porque estamos viviendo con ahorros, sin producir dinero”. Eso es porque en estos meses, el gran trabajo de ambos ha sido ayudar a generar playas más limpias y un mejor planeta para todos. (M.P.) (I)

La representante escogida

Cecilia TorresCecilia Torres conoce a Isabel Romero desde el colegio, por lo cual la contactó cuando se enteró de que esta ecologista emprendería una campaña de recolección de basura en las playas del país.

“Toda mi vida he disfrutado del mar, y desde que empecé a viajar por el Ecuador buscando buenos sitios para surfear y descansar, me di cuenta de que las playas están repletas de basura; el problema es cada vez más evidente”, indica Cecilia, quien ahora queda en el país como representante de Mingas por el mar.

“Tenemos organizado un calendario de mingas para todo el año 2016. En nuestras visitas no solo vamos a organizar las limpiezas de playa, sino también vamos a presentar un documental en la comunidad el día anterior a la limpieza (viernes). El documental se llama Bag It y muestra la problemática de la polución marina en nuestro planeta y lo alarmante que es el consumo innecesario de plásticos y materiales descartables”.

Cecilia agrega que cada sábado que hagan la limpieza explicarán a los asistentes sobre la correcta clasificación de desechos y conversarán con ellos sobre el proyecto. Este año planean realizar mingas en las playas de Ayangue, Manta, Ballenita, Chanduy, Anconcito, Las Gilses, El Pelado, San Pablo, Puerto Cayo, Puerto López y Olón. Además, van a cooperar con otros grupos de personas que están organizando limpiezas de playa en otras localidades.

“Las mingas por el mar me han hecho sentir que formo parte de una ola de personas alrededor del mundo que no solo se sientan a ver el problema, sino que actúan; esto me da paz”.

 

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