Emilia Pereyra, novelista dominicana

13 de Diciembre de 2015

La escritora dominicana Emilia Pereyra visitó Guayaquil. Nos dejó sus profundas visiones profesionales.

Esta periodista y novelista nacida en Azua de Compostela y residente en Santo Domingo (República Dominicana), gusta de la naturaleza que abraza a Guayaquil. Su gran río, sus montañas. Y se deja encantar por el ambiente colonial de ciudades como Cuenca y Quito, las cuales ha caminado.

En la primera quincena del mes anterior cumplió su cuarta visita a Ecuador, ya que tiene una buena amiga cubana que reside en Guayaquil. “Me impacta la gran cantidad de agua que tienen. Es extraordinaria. Nosotros no tenemos ríos tan grandes. Me llama la atención la exuberancia de la naturaleza, las montañas que son muy grandes, los volcanes… En la Amazonía viví una aventura extraordinaria”, indica conmovida al recordar los escenarios que observó en nuestro país.

Ese sentimiento le es necesario también como escritora. “Siempre digo que mis temas me eligen, ya que deben conmoverme de manera personal. Luego pienso en el lector”, señala durante una entrevista concedida a La Revista.

Ese nivel de sentimentalismo la convenció de escribir su primera novela, El crimen verde, inspirada en el asesinato de un extranjero que fue descuartizado. “Era la primera vez que ocurría algo así en el país. Fue un caso muy duro. Tenía todos los elementos de una historia”, dice sobre ese primer trabajo como novelista, aunque confiesa haberse introducido al mundo de la escritura a los 12 años, cuando escribía un diario personal. “Pero eso se acabó cuando me di cuenta de que mi hermana mayor lo leía”, comenta sonriendo.

Sus primeras letras fueron para contar su propia historia, aunque luego, en sus siguientes libros, apuntaría a contar parte de la historia de su país. Por ejemplo, El grito del tambor mostró una recreación del asalto del corsario inglés Francis Drake a la ciudad de Santo Domingo en enero de 1586. “La historia tiene dramas humanos, personajes, situaciones de tristeza, alegrías”, exclama la escritora, quien tomó la decisión de que algunos de sus trabajos sirvieran de apoyo para transmitir la historia de su país, sin olvidar que, como novelas, también tienen ficción.

Fue así además que llegó a su más reciente libro, El faldón de la pólvora, que narra detalles de los heroicos actos y posterior fusilamiento de María Trinidad Sánchez. “No se puede hablar de la independencia de República Dominicana sin mencionar su nombre. Sin embargo, la historia solo le ha dedicado un parrafito para mencionar que fue fusilada por el primer presidente constitucional de República Dominicana (Pedro Santana), quien luego fue un dictador”, dice sobre esa opositora a ese régimen.

“Allí había una tremenda historia. No solo drama, sino también elementos lúdicos para presentar esa etapa del país y hacerla interesante”, indica Pereyra, quien descubrió en la literatura una manera de transmitir esos episodios a los jóvenes, por lo que en ese texto utiliza un lenguaje apropiado para esas edades. “El Archivo General de la Nación ha recomendado su lectura en el pénsum educativo”, ya que el 85% de lo narrado viene de una profunda investigación. “Solo el 15% es ficción”, indica.

Ahora trabaja en una novela que ayudará a entender mejor los 22 años de ocupación de Haití en República Dominicana. Será otro libro que buscará transmitir identidad, dice. Es un deber que ella lo cree necesario. (M.P.) (I)

Los libros de historia en ocasiones narran hechos trascendentales en poco espacio. Allí puede entrar el novelista para, con investigación, darles profundidad”, Emilia Pereyra

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