El niño genio de La Ceja

16 de Julio de 2017
  • Miguel Ángel Rojas supera el nivel intelectual promedio (entre 85 y 100).
  • Miguel Ángel junto con su padre, Óscar Rojas.
  • Miguel con Don Francisco en el show Siempre niños, ubicando las capitales del mundo. Hizo lo mismo con los huesos del cuerpo.
Andrea Molestina, especial para La Revista

Con tan solo 6 años de edad, este pequeño colombiano sorprende por su coeficiente intelectual.

Inquieto y curioso como cualquier otro niño de 6 años. Así es Miguel Ángel Rojas, el pequeño genio que, según la Universidad CES (Medellín), tiene un coeficiente intelectual de entre 145 y 160, similar al de Albert Einstein cuando era niño. Esta cifra corresponde a tan solo el 0,14% de la población mundial.

En cuanto ve un mapa, su instinto es el de una abeja a la miel, corre apresuradamente, agarra un libro como si fuera un trofeo y dice: “¡Papi, mira lo que encontré. Es el mapa físico del Ecuador en blanco y negro!”. Enseguida, empieza a nombrar las provincias de nuestro país con una sonrisa que no se la quita nadie.

Sorprendió a Don Francisco

“Sabía que seguía esa pregunta y la respuesta es astronauta”, dice Miguel, cuando le pregunto qué quiere ser de grande. Es que este oriundo de La Ceja, pequeño poblado en el departamento de Antioquia, ha sido entrevistado en más de una ocasión y dice estar acostumbrado. Ha sido invitado dos veces al programa de televisión Siempre niños, dirigido por el famoso Don Francisco. Allí dejó atónitos al presentador y al público cuando demostró conocer a la perfección los nombres de los planetas del sistema solar, las partes del cuerpo humano y sus funciones, y todas las capitales del mundo con su respectiva ubicación, entre otros datos precisos.

Actualmente domina el inglés y tiene las bases del ruso y árabe, lo que no es una sorpresa para quienes lo conocen, ya que al año de haber nacido aprendió el alfabeto en inglés y en español. Todo esto lo ha hecho por iniciativa propia, explica su padre, Óscar Rojas. “Si encuentra un tema que le interesa, me pregunta o va a Internet, lo busca y se lo aprende”. Miguel cuenta con una colección de libros de astronomía y enciclopedias, todos estos también elegidos por él.

A pesar de que el pequeño tiene espíritu autodidacta y su habitación está equipada de instrumentos para su aprendizaje, sus padres están preocupados por su educación y temen que su potencial se desperdicie, ya que, debido a razones económicas, no han podido inscribirlo en una escuela apropiada para él.

“Nos gustaría encontrar la escuela más adecuada para que Miguel Ángel pueda desarrollar todo su talento, sin dejar de ser un niño”, explica Óscar, quien vino a Guayaquil gracias a una invitación de Wilson Flores, fundador y gerente de la panadería y pastelería Érick, cuando sus hijos se conocieron en un hotel de Estados Unidos. Óscar ha aprovechado esta invitación para buscar instituciones en el país que le permitan a su hijo seguir su ritmo de aprendizaje.

“Los profesores ya no saben qué hacer, porque ya se sabe todo el pénsum, pero tampoco podemos ponerlo en un grado superior, porque sigue siendo un niño de 6 años”. (I)

Nos gustaría encontrar la escuela más adecuada para que Miguel Ángel pueda desarrollar todo su talento, sin dejar de ser un niño”.
Óscar Rojas,
Padre del pequeño genio

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