Luz de las minorías: ‘Moonlight’

Por Groucho
19 de Marzo de 2017

“Se trata del primer título en la historia en ganar en la categoría al mejor filme con un casting enteramente afro y con el más bajo presupuesto”.

Queridos lectores, al premiar a Moonlight la Academia sigue un patrón que empezó con Twelve Years a Slave (2013) y que continuó el año pasado con la premiación de Spotlight. Se está premiando al cine independiente y de conciencia social. En el 2013 fue una historia de segregacionismo e ignominia, en 2016 se realzó al periodismo de investigación que desnudó el poder coercitivo del Vaticano y los curas pederastas. Este año le ha tocado el turno a las minorías tanto étnicas como sexuales. Es un premio contra la intolerancia, contra los prejuicios en la aceptación del otro.

Desde el osado plano secuencia de apertura (la cámara da vueltas alrededor de dos personajes) hasta la intimista escena de cierre entre los dos hombres que se reencuentran después de mucho tiempo, estamos ante un filme que ha corrido riesgos estilísticos, con su puntuación hecha a partir de fundidos en los que se aprecia una luz rojiza (es el efecto intencional de desenfoque de la cámara digital), tonos pasteles, saturados que se concentran en los colores de las palmeras, los paisajes suburbanos nocturnos y, obviamente, el mar de Florida.

Basta con ver la creativa propuesta del afiche para saber que estamos ante una historia que va a hablar de la luz y su relación con la oscuridad.

La historia del sujeto afro que descubre su identidad homosexual está dividida en tres partes: Little (el niño que vive con su madre que es prostituta y adicta), Chiron (el adolescente que sufre las agresiones de compañeros) y Black (el traficante que se muda a vivir al estado de Atlanta). Estamos ante un tríptico sobre las diversas etapas formativas de un habitante de Liberty City, en los suburbios de Miami. La drogadicción, la segregación, la prostitución y el bullying son los microtemas en los que se va hilvanando de manera paralela al gran tema de la homosexualidad.

Destaca Mahershala Ali, el actor de House of Cards, que interpeta a Juan, el traficante minorista de origen cubano que se convierte en el mentor del chico protagonista. Sus pocas pero destacadas escenas lo hicieron merecedor del Óscar al mejor actor secundario, convirtiéndolo en el primer musulmán en ganar el premio. Resulta aleccionadora la escena en la que el niño le pregunta a Juan qué es un marica. Este le responde: “Es una palabra usada para hacer sentir mal a los gais”.

Se trata del primer título en la historia en ganar en la categoría al mejor filme con un casting enteramente afro y con el más bajo presupuesto ($ 1,5 millones gastados en apenas 25 días de filmación).

El premio que no le dieron en 2005 a Brokeback Mountain, otro filme de temática queer, va a parar a esta Luz de luna de gran exquisitez visual. De seguro el próximo año gana el Óscar otra cinta con la palabra light en el título como sucedió el año pasado y el presente. Que los dioses del celuloide los iluminen a todos. (O)

ojosecosec@gmail.com

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