Reconocimiento y modernidad
En días pasados tuvo lugar la presentación del libro del profesor Miguel Giusti (Disfraces y extravíos. Sobre el descuido del alma) del que tuvimos oportunidad de comentar en esta columna. Como sucede a menudo, la lectura de un libro nos lleva a recordar la lectura de otros que allí se citan, y esto, a su vez, nos lleva a volver a ojearlos e inclusive a releerlos. Eso nos sucedió con una de las obras más interesantes que el profesor Giusti cita aquí y allá en su colección de ensayos. Se trata del libro La lucha por el reconocimiento (traducción de Manuel Ballestero, Editorial Grijalbo Ballestero, Barcelona, 230 páginas) del profesor alemán Axel Honneth, escrito a inicios de los años noventa, y disponible en español desde 1997. Escrita por una de las principales figuras de la llamada tercera generación de la Escuela de Frankfurt, esta obra ha ejercido una importante influencia en la filosofía política contemporánea.
Como lo indica el subtítulo, el libro se presenta como una contribución a la gramática moral de los conflictos sociales. Y su propósito es desarrollar los fundamentos de una teoría de la sociedad con contenido normativo a partir del modelo hegeliano. Como nos los recuerda Honneth, Hegel se había planteado arrebatarle a la idea kantiana de la autonomía del individuo el carácter de una simple exigencia de deber, “porque teóricamente es presentada como un elemento ya efectivo de la realidad social”. Lo que se buscaba era una suerte de mediación entre la doctrina moderna de la libertad y la antigua concepción política de moralidad y ética.
La filosofía social de la modernidad, según Honneth, “comienza en el instante en que la vida social se determinó como una relación de lucha por la autoconservación”. Una observación que ya había sido atisbada por Maquiavelo y Hobbes, fundadores del pensamiento moderno. La tesis de Honneth es que las experiencias de negación de reconocimiento afectan la subjetividad, de tal modo que tienen un papel esencial en el desarrollo de las estructuras normativas morales, jurídicas y políticas. Partiendo de Hegel, Honneth introduce en su marco conceptual, los aportes que realizó el estadounidense George H. Mead a la psicología social.
En su obra, Honneth reconstruye un marco teórico donde prima el punto de vista de la intersubjetividad y la comunicación, es decir, un concepto normativo de persona cuya existencia depende del reconocimiento intersubjetivo que encontramos en el amor, en el derecho y en la valoración o estima social. Son reflexiones de gran importancia para entender muchos de los conflictos que afectan a las sociedades contemporáneas, tan infectadas como están por la intolerancia y el populismo.
El libro que comentamos puede ordenarse a la casa editorial. (O)