Leyendo a Murakami

Por Clara Medina
09 de Febrero de 2014

Cada octubre, cuando se conceden los premios Nobel, el nombre de Haruki Murakami aparece, insistentemente, en las listas de apuestas como uno de los posibles ganadores del galardón de Literatura. Otros nombres que suenan con frecuencia son los de Philip Roth y Paul Auster. Y Mario Vargas Llosa permaneció por años como posible ganador, hasta que, finalmente, lo obtuvo en el 2010.

Este japonés, ahora de 64 años (nació en Kioto en 1949), ha logrado tornarse popular por su obra literaria. Sus libros han saltado de Asia a los diversos países del mundo mediante traducciones. Sus novelas y relatos están también traducidos al español: Tokio blues, De qué hablo cuando hablo de correr, Después del terremoto, entre otros. Todos, bajo el sello Tusquets editores.

Una de sus recientes obras, que se puede conseguir en español, es Los años de peregrinación del chico sin color, en cuya portada tiene como ilustración unos lápices de colores. Y sobre ellos, un lápiz blanco, un sutil objeto de no color, quizá como una alegoría de Tsukuru Tazaki, el protagonista de esta novela, pieza que podría calificarse como una historia de crecimiento personal. Y de reflexión a través de la soledad. Y de los años. ¿Qué aporta la edad en la vida de cada ser humano?

Tsukuru Tazaki es un profesional adulto de clase media alta, que lleva una vida apacible (¿monótona quizá?), pero hay un episodio que no quedó zanjado en su juventud, durante su época de estudiante universitario: sus mejores amigos, los que creía que eran su mundo —los seres con los que compartía estudios, salidas, entretenimiento e ideales—, un día cortaron la amistad con él. Nunca supo qué pasó. Y ahora vuelve a este acontecimiento, que ha permanecido agazapado a través de los años en él. ¿Cuánta importancia tiene la amistad en la vida de un ser humano? ¿Los afectos o desafectos cómo operan en cada persona y a qué la abocan? ¿De qué materia están hechos realmente los recuerdos? De la soledad, de la vida, del amor, de la individualidad. De las decisiones a las que hay que enfrentarse. De la cotidianidad que nos confronta. De los miedos que nos cercan. De todo ello trata esta novela.

Los amigos de Tsukuru Tazaki tienen apellidos cuyos primeros ideogramas remiten a un color: rojo, azul, etc. El de él, no. Pero el nombre de Tsukuru, en cambio, está relacionado con hacer, crear, construir.

Una de las críticas que le hacen a menudo a Murakami es que, ahora ya conocido y autor superventas, su calidad literaria ha mutado. Que el mejor Murakami, posiblemente, ha quedado atrás. Son puntos de vista sobre este autor, que cada día se vuelve más popular entre los lectores, y al que en cualquier momento le llegue, quizá, el Premio Nobel de Literatura. ¿Será en este 2014? No lo sabemos. De lo que sí tenemos certeza es de que sus libros están al alcance de quien quiera disfrutarlos. Y por ahora tenemos Los años de peregrinación del chico sin color.

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@claramedinar

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