La vida en un baile

Por Clara Medina
01 de Junio de 2014

Leila Guerriero (1967), periodista y escritora argentina.Leila Guerriero, cronista argentina y una de las maestras del periodismo latinoamericano actual, confiesa que no sabía nada de Laborde hasta que se interesó por asistir a un festival de malambo que se realiza en esa remota localidad argentina, del que tampoco nada sabía, excepto lo poco que leyó en una escueta nota periodística, que le llamó la atención y que fue el detonante de su decisión.

Los lectores tampoco sabemos nada de Laborde, ni del baile folclórico llamado malambo, ni del festival, ni de sus concursantes, ni de la vida de ellos. Guerriero va al lugar, mira la competencia y la cuenta en un pequeño libro, que es una potente crónica y que se titula Una historia sencilla (Editorial Anagrama). Narra las vivencias de una cita de folclore que no busca ser espectáculo, sino apegarse a la tradición, que no trasciende fronteras, que es local, pero que tiene una particularidad que a la cronista le despertó curiosidad: para el que la gana, ese triunfo significa la gloria y al mismo tiempo el ocaso. Quien sale campeón de malambo, nunca más podrá presentarse a otra competencia. Ninguna regla hay al respecto, pero es un acuerdo tácito. ¿Y qué sentido tiene ganar para perder? ¿Llegar a la gloria para vivir también el fin? En ese aspecto explora la cronista.

Guerriero narra historias nimias, que construidas con su palabra y filtradas por su mirada alcanzan profundidad. Leyendo este libro me convenzo, como dice la propia cronista en sus comparecencias públicas, de que más que temas, en el periodismo hay miradas. El festival de malambo de Laborde es antiguo. Guerriero se detiene en él, sigue a uno de sus concursantes: Rodolfo González Alcántara, y lo que produce no es una noticia, ni un reportaje escueto, sino un libro de crónica. Estuvo allí durante todo el festival, conversó con sus participantes, conoció a González Alcántara, el subcampeón de ese año. Una vez terminada la competencia siguió frecuentando al joven, conversando con él y documentando su rutina de entrenamiento y de vida. Y en la siguiente edición, cuando el muchacho volvió a concursar y ganó el campeonato, Guerriero también estaba en Laborde. Tomó notas incluso en los momentos más íntimos de González Alcántara, como cuando antes de salir al escenario abrió la Biblia y en silencio oró.

Con este libro Guerriero confirma que le interesa desplazar su mirada hacia los márgenes, hacia lo que no es motivo de interés de los grandes medios, hacia el interior de su país. Ya lo hizo en el 2005 con Los suicidas del fin del mundo, su primer libro de crónica, que tenía como escenario Las Heras, un pueblo del sur de Argentina, donde se produjeron una serie de suicidios juveniles.

Como en ese primer libro, en Una historia sencilla, Guerriero escribe la crónica de manera fragmentada y con técnicas de la literatura de las que se apropia para narrar hechos reales. Y con una poderosa sencillez, con una lograda narrativa, describe no solo situaciones, sino, sobre todo, emociones. De ese modo, el festival de malambo, esa historia tan local, y la vida y la lucha de González Alcántara, los avatares de su precariedad económica, el esfuerzo que significa ganar la competencia, su gloria y su ocaso, se convierten en temas de nuestro interés.

claramedina5@gmail.com / @claramedinar

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