La mirada de los hombres

Por Hernán Pérez Loose
21 de Julio de 2013

La novelista, guionista y dramaturga Nancy Huston (Calgary, 1953) ha sorprendido al establecimiento cultural, especialmente en su vertiente feminista, con un ensayo provocador y polémico bajo el título de Reflejos en el ojo de un hombre (editorial Galaxia Gutenberg. Madrid, 2012), publicado el año pasado en Francia y que ahora está disponible a los lectores de habla española.

La tradición occidental ha tenido por cierto desde los años setenta que “no se nace mujer”, en la célebre observación de Simone de Beauvoir; que la mujer o el imaginario que de ella tienen tanto hombres como mujeres en la sociedad moderna ha sido una creación masculina. Huston ve en esto un error, pues ignora que el sexo en sí mismo determina una serie de comportamientos cuya realidad es inútil negar.

Su libro parte de una serie de observaciones interesantes. “Las feministas siempre han considerando que las mujeres son ‘obligadas’ por los hombres a ponerse guapas”, y eso les parece mal. Pero la coquetería y la seducción son universales, actúan como motor de la reproducción, y el 80% de las mujeres que nacen tienen hijos. No sirve de nada negarlo”.

Huston enfatiza un hecho: la contemplación de los ojos masculinos al cuerpo femenino. “Durante los dos millones de vida humana en la Tierra, el vínculo masculino entre mirada y deseo ha sido un simple dato de la existencia. El hombre mira, y la mujer es mirada. El hombre aprehende el misterio del mundo, y la mujer es ese misterio. El hombre pinta, esculpe y dibuja el cuerpo fecundo, y la mujer es ese cuerpo”.

Huston no niega que las mujeres también miran a los hombres o a otras mujeres, o los primeros a otros de su mismo género. Pero lo cierto es que la mirada del hombre sobre la mujer viene prácticamente como incrustada en su “disco duro” genético.

“La igualdad está muy bien”, dice Huston, “pero para conseguirla es necesario saber que hombres y mujeres parten de lugares distintos, y que mientras nosotros negamos esas diferencias, el capitalismo las exacerba con toda tranquilidad”.

Con una prosa sencilla, y recurriendo a materiales literarios y artísticos, en general, Houston explora las tensiones introducidas en la sexualidad en las sociedades occidentales por los fenómenos de la fotografía, el cine y el feminismo. Con la llegada de la cultura celuloide, la tradicional reglamentación que los hombres imponían sobre la mujer dio un giro radical.

Es probable que algunos no coincidan con las reflexiones de Huston, pero su análisis difícilmente pasará inadvertido. Nacida en Canadá, Huston vive y escribe en Francia. Es autora de novelas como Marcas de nacimiento y La huella del Ángel, esta última finalista del Goncourt en 1998.

hernanperezloose@gmail.com

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