La armada derrotada

Por Hernán Pérez Loose
09 de Noviembre de 2014

Ha sido habitual considerar la derrota que sufrió la armada española en 1588 en su intento de invadir Inglaterra como el punto de partida de la decadencia de la hegemonía de España en Europa. Aunque algo de razón hay en eso, no hay fundamento realmente para fijar en ese evento semejante carga. Hay que recordar que la fracasada invasión fue un episodio de una confrontación bélica entre ambas potencias que se extendió por más de una década, y que terminó en un tratado que, en términos generales, favoreció más bien a Madrid.

La planeada invasión por mar tuvo en la mente de Felipe II el objetivo de remover del trono a Isabel, y detener la política antiespañola de Inglaterra, especialmente la de debilitar su presencia en los Países Bajos y el hostigamiento de piratas en las llamadas Indias Occidentales. Aunque Isabel continúo en el trono, lo cierto es que la pérdida naval de España trajo otras consecuencias, menos relacionadas con la política inglesa y más con el curso que estaba siguiendo Europa a raíz de la Reforma.

En su libro La Armada Invencible (traducido por Ediciones Turner, Madrid), el historiador Garrett Mattingly, aborda la debacle de la armada española de una manera muy diferente a la que uno encuentra en los tradicionales textos de historia. Con un estilo ágil y ameno, Mattingly nos entrega un cuadro bastante completo de cómo los diferentes personajes de este drama iban moviéndose en París, Ámsterdam, Londres y Madrid a favor de Felipe, los unos, y a favor de Isabel, los otros.

Y todo ello a medida que avanzaban los preparativos, y los navíos comenzaban su viaje. Cada capítulo parece más bien un boletín de noticias dramático, que se engancha allí donde el anterior concluye. El autor hace un estupendo trabajo en desbaratar muchos mitos, errores y rumores que rodearon este acontecimiento. El capitán de la armada –el duque Medina de Sidonia– quien por mucho tiempo cargó con el peso de la debacle (cosa a la que él mismo contribuyó al declararse como único responsable…), sale más bien como uno de los héroes de este drama. Y es el Duque de Parma, que debía unirse a la armada de manera oportuna, quien recibe duros cuestionamientos. Bien documentada, la obra se lee casi como una novela no obstante fundarse en sólidas fuentes.

Otro libro que recomendamos de Mattingly es Diplomacia en el Renacimiento, una de las mejores obras sobre el surgimiento del moderno orden internacional. Mattingly fue profesor de historia europea en la Universidad de Columbia.

hernanperezloose@gmail.com

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