Hacia nuevos lectores

Por Clara Medina
01 de Octubre de 2017

La Feria del Libro de Guayaquil brindó el espacio para que autores ecuatorianos dieran a conocer sus nuevas obras. Una de esas obras es El Día de la Gratitud, de Cecilia Velasco, publicada por Alfaguara, novela breve con la cual la escritora da un giro a su producción literaria, enfocada, hasta ahora, en el público infantil y juvenil. Este libro está dirigido a un público amplio. Sin etiquetas. Sin edades.

Cuenta la historia de un centro de rehabilitación, en el que convive y estudia un grupo de jóvenes con problemas, y en el que sucede un hecho que desencadena enfrentamientos entre profesores, directivos, padres de familia e internos. Uno de los profesores, y además protagonista del libro, es el doctor Jerónimo Onofre, que se ve envuelto en esta situación y abocado a tomar decisiones.

Aprecio que en esta novela no haya certezas. El doctor Onofre es un hombre luchador, buen maestro y, en apariencia, lleno de certezas, pero tiene muchas dudas. Las decisiones que toma son inesperadas. Y eso es lo que resulta interesante del personaje: es impredecible y vulnerable. Es un ser humano con todos los matices que puede tener una existencia. Se nota que la autora no busca construir un héroe, sino, por el contrario, a una persona alejada de cualquier pedestal. Elude también los binarismos.

Aprecio, asimismo, que esta novela, narrada de manera diáfana y nada lineal, integre a una gran cantidad de personajes. Si bien el núcleo de la historia gira en torno a Onofre, hay otros personajes, de cuyas vidas conocemos a medida que leemos el libro. Están, por ejemplo, David Ledesma, joven aficionado a la literatura; Rafael Larrea, muchacho autoritario que busca que los demás le obedezcan; o la Mudita, mujer con discapacidad que cuida el jardín de la institución y sufre abusos.

Nos enteramos de qué hacen y de qué piensan, aunque no de forma directa. Hay un narrador en tercera persona que lo cuenta (solo de forma excepcional existen voces en primera persona). Lo que sabemos de ellos es lo que nos dice este narrador. Sin embargo, a veces se puede dudar de aquella palabra, porque el narrador deja colar su subjetividad y posee una voz irónica. Ese detalle lo señalo como un mérito. Como una fortaleza. El Día de la Gratitud es una novela con una dosis alta de ironía, que hilvana un humor punzante.

El libro se sumerge en un conjunto de temas: el sistema educativo, el mundo juvenil, las capacidades diferentes, el abuso de poder, la falta de libertad de expresión, la muerte, la familia, las identidades sexuales, entre otros; presentes, de alguna forma, en las anteriores obras de la autora, como en Tony, novela con la cual ganó en 2010 el Premio Latinoamericano de Literatura Juvenil Norma Fundalectura; en Domadora de leones y en Rosa Rosita.

En esta su primera narración para un público amplio, Cecilia los retoma, pero con nuevas miradas. Con otros enfoques. Son las temáticas sobre las que, al parecer, le interesa reflexionar. En sus obras juveniles e infantiles hay ternura y una cierta bondad. En El Día de la Gratitud se plasma una decidida ironía y un desencanto. Desencanto que, paradójicamente, es el encanto de esta novela. (O)

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