Consejos para la comida refrigerada

13 de Diciembre de 2015
BBC Mundo

Este mes, la nevera suele estar más llena de alimentos que de costumbre. Por ello, tenga presente estas recomendaciones prácticas.

Si usted es una de esas personas que meten los alimentos en el refrigerador sin pensar, y luego se olvida de ellos, seguro que se ha encontrado alguna vez con un tomate olvidado negro del moho. Es una de las cosas que puede pasarle si descuida el estado de su refrigerador, y puede volverse una fría fuente de bacterias de todo tipo si no lo evita.

Aunque el frío de la nevera retrasa la aparición de estos microorganismos que pueden arruinarle la cena, no evita su surgimiento.

Además, tome en cuenta que algunos alimentos no deben refrigerarse, como chocolates, frutos secos, algunos quesos, frutas tropicales (como bananas, mangos, piñas, papaya), mantequilla, pan, cebolla, ajos y papas.

Pero para los que sí queremos refrigerar, he aquí algunos consejos para que duren más.

1. Controlar la temperatura. Si la temperatura cambia o se rompe la cadena de frío, es posible que surjan los microbios. La temperatura de la nevera no debe superar los 4 grados centígrados. En el caso de las verduras, las frutas y las hortalizas, la temperatura no debe bajar de 0 grados. Hay que intentar que no pase mucho tiempo desde que compra los alimentos hasta que los ingresa en la nevera, sobre todo si son congelados, para no romper la cadena del frío. Nunca meta alimentos calientes en el frigorífico, ya que esto aumenta el consumo de energía. Tampoco tapone las salidas de aire.

2. Colocar los alimentos donde corresponde. La zona más fría de la nevera es la parte baja; allí debe guardar alimentos delicados como el pescado y la carne, que necesitan más frío. En los cajones debe poner las frutas y las verduras, cuya temperatura de conservación no debe bajar de 0 grados. Si las compró en un paquete, sáquelas de la bolsa porque en ella se humedecen y se estropean antes. En la parte media, que suele tener una temperatura de 4 o 5 grados, van los alimentos que requieren menos frío, como los lácteos. La parte de arriba de la nevera y la puerta son las menos frías y en las que menos varía en temperatura. Ahí debe poner los huevos o los alimentos envasados. La puerta además es la más expuesta a los cambios de temperatura. Ahí puede poner las bebidas, la mantequilla, las salsas o también los alimentos envasados. Algunos alimentos liberan al madurarse un gas llamado etileno, que es inoloro, pero puede deteriorar alimentos cuando entran en contacto con él. Las frutas pueden liberar este gas, que estropea las verduras, así que evite que ambos entren en contacto.

3. Revisar los tiempos de conservación. No todos los alimentos duran el mismo tiempo. Los embutidos y la carne cruda de pollo, pavo, cerdo o ternera duran solo entre 1 y 2 días. La hamburguesa y las preparaciones con carne molida de vaca, pavo, ternera, cerdo también duran entre 1 y 2 días. La carne fresca de res, cordero o cerdo duran de entre 3 a 5 días. Los huevos crudos con cáscara duran entre 3 y 5 semanas. Las sopas duran 1 o 2 días.

4. Mantener el orden. La seguridad de los alimentos de su nevera será mayor si, además de colocarlos bien, se asegura de que su nevera no esté sobrecargada, pues esto limita la circulación del frío. Otra cuestión importante es limpiar al momento si se derrama algún líquido, pues así le da menos oportunidad a las bacterias para que se desarrollen, y también evita contaminar otros alimentos, lo que se conoce como contaminación cruzada. Revise la nevera al menos una vez por semana y tire lo que se haya estropeado. Y claro, revise las fechas de caducidad. (I)

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