Pasión por la danza

01 de Enero de 2012

El espectáculo Zay El Hawa será la primera presentación de los estudiantes de La Fábrica, Cuerpo-Espacio Academia de Danzas. Ellos mostrarán las diversas técnicas que propone esta institución.

Con el objetivo de brindar a sus alumnos una plataforma en la que puedan compartir con el público su adelantamiento técnico en el mundo de la danza, La Fábrica, Cuerpo-Espacio Academia de Danzas, ofrecerá este jueves 5 de enero en el Teatro Centro de Arte el espectáculo Zay El Hawa.

De acuerdo con la directora de la academia, Nathalie El-Ghoul, los ensayos para esta presentación comenzaron en agosto, pero con más intensidad a partir de noviembre.

“Profesores y alumnos nos imponemos el reto de hacerlo  profesionalmente, aunque todavía sean estudiantes. Creemos que hay que mantener un nivel alto para que el público se acostumbre a ver trabajos de calidad y exija lo mismo  a los artistas que ya son profesionales”, explica.

El nombre del show se traduce como  “Canto al amor y al viento”, una frase que se ha vuelto especial para Nathalie. “Creo que siendo un poco romántica encierra para mí una hermosa definición de la danza: que solo puede fluir, inagotable, como el viento, si se la ama”, expresa. 

El programa constará de dos partes: la primera será una muestra de danza contemporánea con las alumnas del primer nivel, así como una coreografía “en roda”  del grupo de capoeiristas de la escuela, Los Candeias.

La segunda parte,  se centrará en la danza árabe con alumnas del primer y segundo nivel. Será en este segmento donde  por primera vez en Guayaquil participarán  hombres en la danza árabe, con la presentación de un saidi, perteneciente al folklor egipcio. Esa noche también se ofrecerá un fragmento de la obra El síndrome de Ulises, el primer montaje profesional de La Fábrica.

Nathalie considera, además,  que este show romperá con la idea que  se tiene sobre la danza árabe.

“Vivimos  rodeados por el velo de la apariencia, de un prototipo de belleza y la danza árabe, en particular,  trabaja sobre la sensualidad de la mujer y esto lleva muchas veces a distorsionar el concepto de “belleza”, sostiene.

“Yo les digo a mis alumnas que no se preocupen tanto de cómo se ven  el peinado, el maquillaje, etcétera, sino que primero sientan cómo la música invade sus cuerpos, y las transforma. Solo entonces experimentarán en sí mismas cómo la belleza surge de ese gozo y esa pasión que produce la danza”, puntualiza Nathalie.

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