El museo de la inocencia: Un amor inmortalizado

25 de Mayo de 2014
  • Orham Pamuk, fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura en el 2006
  • Fachada rojo vino del Museo de la Inocencia.
  • La novela fue publicada en el 2008.
  • Detalles del Museo de la Inocencia. Entre ellas, las colillas de los cigarrillos fumados por Füsun.
  • Detalles del Museo de la Inocencia. Entre ellas, las colillas de los cigarrillos fumados por Füsun.
  • Detalles del Museo de la Inocencia. Entre ellas, las colillas de los cigarrillos fumados por Füsun.
  • Una de las habitaciones ubicada en el piso superior del museo.
  • El museo consta de 83 secciones, una por capítulo.

El Museo de la Inocencia, en Estambul, representa minuciosamente todos los objetos y detalles de la historia de amor entre Kemal y Füsun, protagonistas de la novela del mismo nombre, escrita por el ganador del Nobel Orhan Pamuk.

Que la ficción de las páginas de una novela se traslade al mundo real es un hecho improbable. Pues usualmente, la vida y rostros de los personajes y escenarios se limitan a la imaginación del lector.

Pero en el 2012, el novelista turco Orhan Pamuk consiguió que muchos de los objetos descritos en los capítulos de su obra El museo de la inocencia (2008) se volvieran tangibles y se acercaran a sus lectores con la inauguración del museo del mismo nombre.

El edificio de varios pisos, localizado en un barrio de Estambul, recoge minuciosamente cientos de los elementos mencionados durante la historia del triángulo amoroso entre Kemal Bey, protagonista del relato y quien está comprometido con Sibel, pero que también siente una fuerte atracción hacia su prima Füsun.

El encuentro de estos amantes se produce luego de que Kemal decidiera comprarle una cartera a su futura esposa, pero tras comprobar que no era auténtica, regresa al almacén a realizar el reclamo.

Al llegar, nota que la vendedora es Füsun, una prima suya a quien no veía desde la infancia. La atracción es inmediata y en las siguientes semanas se desarrolla entre ellos una intensa e íntima relación. Pese a la fuerza de sus sentimientos por Füsun, Kemal no rompe su compromiso con Sibel y continúa con ambas relaciones hasta la fiesta de compromiso, tras la cual, su prima decide desaparecer completamente.

Su ausencia provoca en Kemal un gran dolor físico y emocional y por algún tiempo sigue acudiendo al mismo lugar donde se encontraban, esperando su regreso.

Sin embargo, pronto entiende que Füsun no volverá a aparecer y su obsesión se traslada hacia cada objeto y elemento que formó parte de su tiempo juntos, los cuales huele, acaricia y observa.

El recuerdo de Füsun llega incluso a ocupar casi por completo sus pensamientos con continuos cuestionamientos del porqué de su silencio.

Casi un año después, tras romper el compromiso con Sibel y confesarle su romance con su prima, Kemal recibe finalmente una invitación de Füsun para encontrarse. Esta vez el panorama es distinto: ella ahora está casada, le presenta a su esposo y pretende ver a Kemal tan solo como un pariente distante.

Sin embargo, el matrimonio de Füsun no acaba con el interés que Kemal siente hacia ella y durante casi ocho años continuó visitando a Füsun y su familia. Durante todo este tiempo él se apodera de otros objetos cercanos a su amada.

Las circunstancias conducen a Füsum y a su esposo hacia el divorcio y finalmente Kemal cree haber logrado conseguir su felicidad, pero un desenlace inesperado hará que Kemal decida convertir la antigua casa de Füsum en un museo dedicado a ella.

El Museo de la Inocencia es una historia de amor, y no precisamente sobre cuán dulce puede ser el amor, sino de ese amor que sentimos casi todos, con celos, odio, ira, rabia, pasión...”. Orhan Pamuk

Obsesiva recolección

La abundancia de detalles y datos exactos de la obra permitió que su autor recreara muchos de sus escenarios en este espacio. Aunque ambos elementos fueron concebidos al mismo tiempo y su idea original fue publicar la novela y abrir las puertas del museo el mismo año, este último fue inaugurado cuatro años después de la aparición del libro.

“Hasta donde sé, este es el primer museo inspirado en una novela”, dijo. “Pero no escribí una novela que resultó ser exitosa y después pensé en el museo. Imaginé la novela y el museo juntos”, aclaró.

De acuerdo con Pamuk, el lugar donde se ubica actualmente el museo era una esquina que recorría a diario mientras llevaba a su hija pequeña a la escuela. Un día, decidió que le gustaría escribir una historia sobre esa casa, la compró y comenzó a escribir la novela.

“El museo no es la representación o la dramatización de la novela... ni al revés. El museo tiene sentido en sí mismo. Es un museo de la ciudad, un museo de una historia de amor que ocurrió en esta ciudad”, expresó el novelista. “El museo de la inocencia es una historia de amor, y no precisamente sobre cuán dulce puede ser el amor, sino de ese amor que sentimos casi todos, con celos, odio, ira, rabia, pasión... Es una enciclopedia del amor común. Es una historia de amor que puede ocurrir en cualquier geografía”, comentó.

Tal como lo hace Kemal a lo largo de la historia, el museo exhibe minuciosa y obsesivamente cada uno de los objetos, fotografías y cartas, ordenados en 83 cajas numeradas (el mismo número de capítulos de la novela), provocando en sus visitantes los mismos sentimientos por los que atraviesa su protagonista: su felicidad inicial, su agonía tras la desaparición de Füsum y su sorpresivo desenlace.

“Coleccionar se relaciona con poseer. Es una acción como compensación por algo más. En el caso de Kemal, él colecciona todos estos objetos como una manera de aferrarse a ese amor. Es casi una obsesión”, detalla el autor.

La recolección de cada uno de los elementos fue un proceso de varios años. Algunos de ellos provienen de tiendas de antigüedades o pertenecieron a amigos y parientes del autor y otros fueron recreados específicamente para la exposición.

“Mientras más objetos encontraba para el museo, más progresaba la historia en mi cabeza. Algunas veces encontraba en una tienda de antigüedades la taza de té que quería o, en el lugar donde mi madre guardaba las ollas y frascos que ya no necesitaba, su porcelana, su azucarera... y un día las tomaba sin decirle a nadie que estaban destinados para el museo”.

“Me encanta la magia que ese tipo de objetos posee y que solo descubres la segunda vez que los miras. Como un boleto del cine que encuentras por casualidad en tu bolsillo varios años después de haber visto la película. De repente todo vuelve a tu mente, no solo la película, sino el olor del cine, la atmósfera. Son objetos que pueden contarnos historias completas”.

Tras el éxito de su novela y el museo, el autor no ha podido escapar de la curiosidad y escrutinio de sus lectores, quienes en más de una ocasión le han preguntado si él mismo es Kemal, el protagonista de la historia.

Adicionalmente, Pamuk escribió también la publicación La inocencia de los objetos, un catálogo que profundiza en cada uno de los elementos exhibidos en el museo y que también sirve de guía para los visitantes. “Sentí que concentrarse en los objetos y contar una historia a través de ellos, haría a mis protagonistas diferentes a los de las novelas del oeste, los haría más reales, característicos de Estambul”, escribió.

Este año, The European Museum Forum otorgó a este lugar el European Museum of the Year Award (EMYA). “El Museo de la Inocencia es un modelo pequeño, personal, local y sustentable para el desarrollo de los nuevos espacios. Inspira y marca innovación, así como nuevos paradigmas para el sector de los museos”, expresaron en un comunicado (D.L.).

 

sobre el autor

Orham Pamuk es oriundo de Turquía y fue el primer ciudadano de esta nacionalidad en recibir un premio Nobel en el 2006. E

se mismo año, la revista TIME lo escogió entre las 100 personas más influyentes del mundo. Además de El Museo de la Inocencia, otras de sus obras que se destacan son Mi nombre es Rojo (1998) y Snow (2002). Sus libros han sido traducidos a más de 46 idiomas, incluyendo el catalán y el japonés.

Antes de escribir, estudió Arquitectura en la Universidad Técnica de Estambul, pero abandonó esta carrera tres años después y se graduó como periodista de la Universidad de Estambul, aunque nunca ejerció. Es miembro honorario de la Academia Americana de las Artes y Letras.

 

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