Paco Cuesta en su arte-hábitat

17 de Noviembre de 2013
  • Paco Cuesta dentro de su vivienda.
  • Ambiente principal. La mesa metálica y el mueble de vidrio también fueron hechos por él.
  • El confesionario, grabado sobre tela de Vinueza. En la esquina, silla fabricada por Cuesta
  • Radiografías craneales le sirvieron para crear la pantalla de esta lámpara.
  • Una de las sillas que son parte de su colección de muebles escultóricos.
  • Patio exterior. Este lugar le da la sensación de estar fuera de la ciudad.
  • Un rincón que contrasta con el resto de la casa por sus detalles curvilíneos.
  • Nademos se lee en la piscina del patio, ubicada junto al jardín
  • Colección de cubiertos para comer caldo de salchicha (hecha por Cuesta).
  • Cuenco con escultura realizada con restos de adornos de porcelana.
  • Fotonovela que prepara Cuesta con imágenes tomadas en el 80.
  • Fotonovela que prepara Cuesta con imágenes tomadas en el 80.
Gisella Quintana / Fotos: Víctor Álvarez y Connie Hunter.

Con el trabajo construye la casa, pero con el arte construye su hogar. Una muestra de ello es su fantástica decoración interior, una combinación de elementos que le rinden homenaje a su corazón de eterno artista.

Algunos recordarán a Paco Cuesta Caputti de la época de La Artefactoría, en los años ochenta, cuando un colectivo de artistas relativamente jóvenes se dedicó a experimentar con las artes plásticas. La vivienda del director de contenidos del canal de televisión Ecuavisa, en Los Ceibos, también recuerda esta etapa artística.

El inmueble pertenecía a unos tíos de Cuesta, y en el 2007 lo adquirió. Según él, la edificación tendría aproximadamente 50 años. El diseño de la vivienda fue realizado por Pablo Graf. “Él ha diseñado muchas casas de Los Ceibos, y eso que él diseñó es lo que se está haciendo ahora en varias partes del mundo: las líneas rectas y espacios amplios”, comenta.

Aún conserva el cielo raso de madera de guayacán, pero al piso se le cambiaron las baldosas por madera, al gusto de Cuesta. La decoración interior también nació de su imaginación.

Cada cosa en su lugar

Al ingresar al sitio, se puede percibir el aire ecléctico del diseño y la composición de los objetos. Existen varios desniveles que dan la sensación de subidas y bajadas. Dejando atrás una pequeña sala de estar (posiblemente de bienvenida o visitas cortas), aparece una gran sala como un todo, cual galería de arte (él también fue director del Museo Municipal de Guayaquil, durante cinco años, desde 1988).

Dice Cuesta que es la ‘ilusión’ de amplitud, por la arquitectura del domicilio. Lo cierto es que llama la atención la distribución del lugar: está dividido en cinco ambientes.

Doble uso

A la derecha, el principal es una especie de sala-comedor. La atracción es la mesa metálica baja pero extensa de apariencia industrial y hecha por él, así como las sillas escultóricas repartidas en la casa.

“La televisión es mi trabajo, y el arte mi pasión. Ambos son importantes en mi vida, inclusive, de vez en cuando, se tocan. Sin embargo la creatividad en el trabajo (TV) se realiza en ‘equipo’ y en función de lo que necesita un medio: comunicarle al público. (El arte) es una obsesión y expreso con precisión y exactitud lo que quiero comunicar, me deleito en eso. Hay quienes lo comparten y son solo pocos (los que saben). Con el trabajo construyo la casa. Con el arte construyo mi hogar. No lo concibo de otra manera”.

Aquí se reúne a comer con sus hijos, bajo una enorme pintura abstracta roja, que es el punto visual más llamativo del sitio. Además, hay cuadros de Mariela García, Enrique Tábara, Jorge Velarde, entre otros. Debajo de la mesa hay cojines para sentarse.

Como sala de estar, los invitados pueden escoger uno de los sillones de cuero... o acomodarse en un banco de vidrio templado (también fue fabricado por él). Lo prefieren, porque es más fresco.

Tesoros encontrados

Siguiendo el recorrido están los tesoros recuperados por Cuesta: una lámpara de mesa con la pantalla, hecha por él, de radiografías creaneales, un piano antiguo (que iba a ser desechado) y un cuadro bastante curioso, que cuando se lo mira de cerca es en realidad una ventana de madera, de una casa vetusta, la cual en el medio posee las formas de dos polillas. “Era de una casa que iba a ser demolida, en ese tiempo no había la costumbre de ahora de rescatar los edificios antiguos, entonces me llamó la atención y la traje a mi casa”.

La siguiente zona es poco fuera de lo común. Es un área de entretenimiento, con un televisor y otros dispositivos. ¿Por qué varios ambientes? “Para que cada uno de mis hijos estén con sus amigos, sin que se incomoden”.

Al lado está un sector que parece un poco tradicional. Un bufetero y alacena con acabados curvilíneos, que guarda otros bienes apreciados: una colección de platos decorativos con el motivo del cuento Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas (Lewis Carroll), comprados en un viaje a Alemania, cuando era adolescente. “Mi cuento favorito. Ahora que lo pienso, es un poco raro que un joven, en vez de comprarse ropa ¡se compre platos!”.

Una cena inusual

Finalmente, el territorio de un comedor como tal. Una mesa de cemento y mármol empotrada en la pared. El ambiente se comunica con la cocina, a través de ventanillas. “Me di cuenta de que me faltaba una mesa de comedor formal. Esto me pareció lo más idóneo, así puedo conversar cuando estoy preparando algo en la cocina”.

El campo en la ciudad

La vivienda igualmente goza de un singular patio, con pisos falsos que dan profundidad. Explica que cada desnivel tiene su rol: un área para sus perros (tres pugs), otra para el jardín, para sus peces y otros sectores con muebles de exterior y una mesa, para comer afuera. “Tengo la sensación de campo con mis hamacas, no tengo que irme a la playa, me quedo acá”.

Y no podía faltar una piscina larga con un letrero que dice “Nademos”, donde practica ejercicios.

 

Afuera de TV

Cuando no está trabajando en los estudios de televisión del canal Ecuavisa, Paco Cuesta cultiva otras aficiones ligadas a la creatividad, el arte y el diseño.

Ahora se dedica a escribir microcuentos (relatos cortos y breves que narran historias de forma condensada).

Simultáneamente está preparando una fotonovela, con un material fotográfico conservado de la década del ochenta, que combina en los diálogos letras de canciones conocidas, en español y en inglés. Será publicada en un mural de 4 metros cuadrados. Por la fecha de las fotos tendrá un aire atemporal, que lo hará lucir tipo vintage (imagen a la derecha).

Asimismo, prevé una exposición con las fotografías del colectivo artístico al que perteneció, mientras preparaba sus obras.

En la imagen de arriba: el grupo La Artefactoría, dedicado a las artes plásticas. Tal como aparece en la publicación Galería Madeleine Hollaender, 25 años. La foto pertenece a César Franco y fue capturada en 1983. No aparecen Marco Alvarado ni Pedro Dávila, quienes salieron del colectivo artístico por diversas razones.

 

 

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