El más odiado de la TV: Iwan Rheon en ‘Juego de Tronos’
Por su papel de Ramsay Bolton en la serie ‘Juego de Tronos’, este actor tiene bien merecido el título de perverso.
Como muchos actores exitosos, Iwan Rheon, mejor conocido como el despreocupadamente malévolo Ramsay Bolton en Juego de Tronos (Game of Thrones), se puede decir que el hombre más odiado de la televisión, admite que le preocupa ser definido estrechamente por un personaje imborrable. Pero si se le hace una pregunta posterior lógica –¿en qué más está trabajando?–, se vuelve más clara la escala de su desafío.
“Estoy interpretando a un Hitler joven”, respondió, refiriéndose a la película de la televisión británica 'Adolfo, el artista'. Luego se dio cuenta del hecho, y su rostro se contrajo en un gesto de desesperación: “¡Oh, ya estoy encasillado!”
Así es la vida para el hombre detrás de un personaje que, en tres temporadas de Game of Thrones se ha convertido en emblema de los impulsos más oscuros de un programa perturbador. Desde que llegó como un sádico monótono en tercera temporada, este ex bastardo legitimado y voluntarioso se ha extendido para personificar la obsesión dinástica de la historia e infligir algunos de sus abusos más flagrantes. Esa lista incluye desollar y castrar a sus rivales, la cacería recreativa de una niña y, más polémicamente, la violación en su noche de bodas de su novia rehén, Sansa Stark (Sophie Turner) en la temporada pasada.
En diciembre del 2015, los lectores de The Atlantic votaron por Ramsay como “el personaje actual más malvado en la televisión” por encima de otros como Hannibal Lecter y Walter White, así como Joffrey Baratheon, el despreciativo niño rey al que Ramsay reemplazó como el villano característico de Game of Thrones.
En la nueva temporada, la sexta, Ramsay profundiza más, sugirió Rheon, incluso acercándose a algo parecido a una emoción humana al lamentar la muerte de una niña en el final de la temporada 5. (“Eso me sorprendió incluso a mí”, dijo.) Por supuesto, también lo encuentra furioso por la fuga en la temporada pasada de sus cautivos Sansa y Theon (Alfie Allen) –el joven noble al que castró, obligó a ser su esclavo y rebautizó como Reek (“hediondo” en inglés)– y maquinando quién podría ser su víctima más terrible hasta el momento: un medio hermano aún no nacido quien pudiera ser un heredero rival.
‘Un honor’
“En este programa, los héroes no son necesariamente los héroes estándar, así que supongo que los villanos necesitan ser incluso peores”, dijo.
Rheon, de 30 años, porta con soltura el manto del más odiado. Según todas las versiones un joven galés encantador, le divierte la notoriedad y afirma que es “un honor” ser considerado el más despreciable en un programa lleno de cosas despreciables. “Aparentemente, asusto más que un Caminante Blanco. Y un gigante. Y un dragón”, dijo.
En general, los fanáticos no vuelven las acciones de Ramsay en su contra, y las realidades técnicas de la producción evitan que los hechos viles pesen demasiado en su alma. Los desollamientos, por ejemplo, involucran una pieza de caucho y un cuchillo de utilería que él tiene que sostener de manera que la luz capte sus ángulos malévolos, lo que hace difícil que se obsesione con las dimensiones morales.
Una excepción fue la violación de Sansa en la última temporada, que fue “muy difícil para mí; realmente no pude dormir la noche anterior”, dijo.
Como otros en el programa, sin embargo, sigue estando un poco perplejo por la indignación que provocó, menos por el enojo mismo que por la escala y naturaleza selectiva de la misma. Unos cuantos episodios después, señaló, la inmolación de una niñita provocó una respuesta comparativamente moderada. “No quiero comparar estas cosas y cuál es peor”, dijo. “Pero ¿quemar a una niña en la hoguera? Eso es bastante malo, ¿no?”
En persona, lejos de los interiores fríos y húmedos en que típicamente aparece en Game of Thrones, el rostro de Rheon es más querúbico que demoniaco, con un estilo elegante y el cabello artísticamente revuelto que despeina más conforme se pasa las manos por él durante la conversación. Lo que lo define, sin embargo, son un impresionante par de ojos azul pálido que tiende a resaltar de manera maniática en Game of Thrones, lleno del deleite que surge de una crueldad u otra.
El papel fue uno de los primeros de muchos tipos con problemas, atormentados o de otro modo extraños que ha sido contratado para interpretar. Fue un delincuente juvenil complicado en Misfits, una serie de superhéroes perversos en Gran Bretaña; un vendedor de drogas errático en la cinta Wild Bill; y un soldado traumatizado en el drama de guerra de la BBC, Our Girl. (Una excepción: su interpretación del vecino ansioso de Ian McKellen y Derek Jacobi en la comedia británica Vicious).
Para Game of Thrones, Rheon hizo audición originalmente para el papel del heroico Jon Snow, el cual fue dado a Kit Harington.
La tortura a que Ramsay sometió a Theon durante toda una temporada puso a prueba la paciencia de los espectadores, pero adquirió textura cuando se volvió claro que es alimentada por un coctel tóxico de adoración y resentimiento hacia su padre, Roose Bolton (Michael McElhatton).
La combinación de “el niñito y el sicópata” hace a Ramsay “más que un canalla malvado de cartón”, dijo McElhatton. También lo sitúa firmemente dentro del brutal ciclo multigeneracional de legado y venganza que hace avanzar a Game of Thrones; aun cuando el actor aún no esté seguro de por qué él encaja tan bien. (E)