El casete sigue vivo como nicho de mercado

18 de Junio de 2017

Introducido en Europa en 1963 por Phillips y un año más tarde en Estados Unidos, el casete representa un viaje al pasado.

Desde el punto de vista técnico, los antiguos casetes no tienen ninguna ventaja frente al disco compacto, con un sonido más bien pobre y un problema cada vez que la cinta se engancha y hay que volver a enrollarla.

Pero pese a ello, muchos fans le siguen siendo fieles, lo que lo mantiene vivo en el nicho de mercado. Introducido en Europa en 1963 por la empresa Phillips y un año más tarde en Estados Unidos, el casete representa un viaje al pasado que para muchos sigue siendo fundamental porque revolucionó la grabación privada de música.

Su éxito fue imparable hasta la llegada del CD y finalmente del formato MP3 a través del smartphone y el streaming en internet. Los expertos no creen que pueda vivir un renacimiento como ocurre en la actualidad con los discos de vinilo.

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“El casete seguirá siendo un producto de nicho porque cada vez hay menos reproductores”, señala Klaus Ramm, de una asociación alemana de fans de las cintas de audio y video.

En el caso del casete, la calidad de la grabación y reproducción no eran lo más importante. “Lo que los convirtió en masivos fue que fue tan sencillo tenerlos siempre a mano”. Con ellos se grababa sobre todo la música de la radio”, señala Ramm, que tiene una colección de unas 2.000 cintas.

Los dispositivos de grabación óptica como los CD o DVD son cualitativamente mejores, no existe ese ruido mecánico que afectaba al sonido. Pero, “el sonido de un casete sigue siendo hoy más agradable y cálido que el que sale de un reproductor MP3 o el smartphone”, opina Ramm.

El éxito del casete se debió no tanto a los reproductores fijos como a los portátiles, sobre todo el legendario Walkman de Sony, que se presentó en 1979. Los fans y los nostálgicos recuerdan sobre todo la sencillez de su uso.

La mayoría de las marcas han abandonado la producción de casetes en los últimos años pero, por ejemplo, en Francia, se siguen fabricando cintas nuevas cuya vida útil se estima en hasta 30 o 40 años. Después de esas fechas se pueden producir dificultades de reproducción. Para mantenerlos en buen estado el mayor tiempo posible no hay que exponerlos a altas temperaturas o cambios bruscos de temperatura.

Tampoco mucha humedad es buena. Además es importante hacer rodar la cinta cada cierto tiempo, porque de lo contrario se solidifica y ya no corre adecuadamente. Es decir que los casetes que se escuchan regularmente duran más que los que están guardados en la caja.

Las cintas que se rompen tienen solución, ya que se pueden pegar con una delgada cinta adhesiva, aunque la de papelería no es adecuada porque es muy gruesa y tampoco tiene la suficiente resistencia, por lo que podría romperse en el rebobinado.

Existen cintas adhesivas especiales que se venden. Lo fundamental es que quede pegada de manera totalmente recta, sin que una parte quede desplazada respecto de la otra. (DPA)

EN NETFLIX

El casete tuvo sus 15 minutos de fama entre los adolescentes en la serie juvenil 13 Reasons Why. En esta producción, cuya primera temporada se estrenó este año, la protagonista, Hanna Baker, utiliza una vieja grabadora con micrófono y varias cintas en blanco para dejar grabada su voz. Y sus compañeros también deben rescatar la grabadora antigua de sus padres para poder escucharlas. El creador de la serie, Bryan Yorkey, aseguró para Teen Vogue que continuará con este juego de elementos generacionales en la segunda temporada. “Habrá una nueva pieza de tecnología que tendrá que googlear para descubrir de qué se trata y cómo funciona”. “Vamos a darle un nuevo contexto a los eventos que ya conocemos, y vamos a conocer otras historias que no hemos visto todavía y que completan los vacíos en nuestra comprensión de la vida de Hanna Baker”.

 

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